La nefritis lúpica, en su fase inicial, puede ser asintomática, es decir, no provocar ningún síntoma, y presentar únicamente signos que el médico identifica en la exploración del enfermo, como por ejemplo aumento de la tensión arterial o edema (en las piernas o en la cara), o en forma de alteraciones en la analítica de orina y/o sangre.

En el análisis de orina puede encontrarse pérdida de proteínas (proteinuria) y glóbulos rojos (hematuria). En la analítica de sangre pueden encontrarse datos que indiquen al médico que los riñones no están funcionando de forma correcta, como puede ser el aumento de la cifra de creatinina.

Los síntomas aparecerán, cuando la nefritis esté establecida, en forma de cansancio, dolor de cabeza, sensación de mareo o hinchazón (edema) de piernas o párpados. En ocasiones se desarrollará un síndrome nefrótico.

Como en las fases iniciales de la nefritis no suele haber más que signos que el médico encuentra en la exploración clínica o en la analítica, se comprende que es fundamental seguir las revisiones periódicas en caso de tener un LES.