Enfermedad renal crónica
La enfermedad renal crónica (ERC) es una enfermedad de larga duración que se produce por una reducción de la función renal.
Enfermedad renal crónica
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- Personas mayores
- Insuficiencia renal
Introducción
La enfermedad renal crónica (ERC) es una enfermedad de larga duración que se produce por una reducción de la función renal. Hay procesos agudos que reducen, temporalmente, la capacidad de filtración renal, por eso para que se considere que está instaurada una ERC esta reducción debe detectarse, al menos, durante 3 meses.
La ERC suele pasar sin causar síntomas evidentes durante bastante tiempo, de manera que cuando se diagnostica puede estar en una fase avanzada. Se puede detectar en fases tempranas a través de análisis de sangre y de orina.
La evolución de una ERC puede conducir a una insuficiencia renal, en la que los riñones pierden la mayor parte de su capacidad de funcionamiento y se hace indispensable el tratamiento mediante diálisis para conseguir depurar la sangre.
La enfermedad renal crónica es una enfermedad frecuente en las personas mayores. A medida que una persona envejece mayor es la probabilidad de padecer ERC en algún grado. Afecta algo más a las mujeres que a los hombres y se estima que entre los 65 y 75 años más de un 20% de las personas padece algún grado de ERC.
La hipertensión arterial (HTA) y la diabetes se consideran las principales causas de la ERC. La HTA está en el origen de más del 25% de los casos de ERC y la diabetes es responsable de más del 30% de los casos. La afectación de los vasos sanguíneos que produce la hipertensión es la causa de que los riñones pierdan parte de su función. Por eso a veces se denomina a la hipertensión como la "enfermedad silenciosa" porque sin control termina por afectar a muchos órganos. La diabetes también provoca afectación de los vasos sanguíneos y, una de las consecuencias es que produce ERC. Además existen otras causas como la afectación de los glomérulos renales y otras aun desconocidas.
Causas y factores de riesgo
Hipertensión arterial: en un porcentaje muy elevado la HTA se considera "esencial", esto es, se desconoce porqué se produce, a pesar de que se haya detectado que exista relación entre las cifras de tensión arterial, la dieta y los estilos de vida. No obstante se consideran factores de riesgo para la HTA la edad, pues a mayor edad mayor es la probabilidad de padecer HTA, y los antecedentes familiares de HTA. La obesidad, el sedentarismo, el hábito tabáquico, el consumo de sal en la dieta, el consumo de exceso de grasas saturadas en la dieta, el consumo excesivo de alcohol, y el estrés, son también factores de riesgo para desarrollar HTA.
Diabetes: Cuando la insulina no se produce o no funciona bien, hay un exceso de glucosa en la sangre que daña a los vasos sanguíneos renales y éstos se ven afectados perdiendo parte de su capacidad de filtrado.
Cerca de un 30% de las personas con diabetes verán afectada su función renal.
Además de la HTA y la diabetes hay otras causas menos frecuentes de ERC como la glomerulonefritis que se produce por una inflamación renal, la pielonefritis o infección renal, la litiasis renal o presencia de cálculos renales, la enfermedad renal poliquística, el desarrollo anómalo de los riñones, enfermedades autoinmunes tales como el lupus eritematoso y la utilización de medicamentos nefrotóxicos, entre los que se encuentran algunos de consumo habitual como las antiinflamatorios denominados AINES (antiinflamatorios no esteroideos), entre los que se encuentran fármacos tan habituales como aspirina, ibuprofeno, fenilbutazonas o diclofenacos, entre otros.
Síntomas
Muchas personas que padecen ERC no manifestan ningún síntoma, debido a que el organismo puede seguir funcionando con aparente normalidad aunque los riñones pierdan parte de sus funciones. La función renal puede llegar a mantenerse incluso con un solo riñón funcionante.
Por eso no es infrecuente detectar una ERC en un análisis rutinario de sangre o de orina. Pero cuando los riñones siguen perdiendo función y la ERC progresa hacia una insuficiencia renal, y una vez establecida, los signos y síntomas comienzan a ser evidentes; entre ellos se incluyen:
- Cansancio, astenia.
- Pies y manos hinchadas, por el líquido acumulado por la falta de capacidad de filtrado de los riñones.
- Hipertensión arterial.
- Picores en la piel, por el acúmulo de productos tóxicos que no se eliminan y hormigueos.
- Pérdida de apetito, náuseas.
- Anemia.
- Necesidad de orinar durante la noche ya que, debido a la posición horizontal, parte de los líquidos que mantenían hinchadas las partes inferiores del cuerpo vuelven al torrente sanguíneo y se siente la necesidad de orinar (este síntoma es común a diversas enfermedades, tales como la insuficiencia cardiaca y todas aquellas que comprometan el sistema circulatorio..).
- En determinados grados de insuficiencia renal se puede producir disfunción eréctil en los hombres lo que puede dificultar las relaciones sexuales.
- En estados más avanzados o graves puede aparecer un síndrome urémico que incluye manifestaciones digestivas, neurológicas y cardiovasculares y cambios en los iones y pH de la sangre que pueden requerir tratamiento con diálisis.
Diagnóstico
En ocasiones resulta un hallazgo casual como consecuencia de un análisis rutinario, detectando, en una persona sin síntomas evidentes todavía, la presencia de sangre y proteínas en la orina o aumento de urea y creatinina en sangre como consecuencia de la alteración de la capacidad de filtrado de los riñones.
El médico, mediante la historia clínica y la exploración física, valorará los signos y síntomas que puedan estar relacionados con esta enfermedad y le hará las pruebas necesarias para su diagnóstico completo.
Cuando una persona se encuentre entre los grupos de riesgo de desarrollar una ERC, es importante que se someta, periódicamente, a análisis de sangre y orina que permitan detectar la enfermedad con prontitud.
Deben realizar controles periódicos las personas que estén incluidas en alguno de los siguientes grupos:
- Las personas que padecen HTA.
- Las personas que padecen diabetes.
- Las personas que toman regularmente fármacos nefrotóxicos.
- Las personas con enfermedades cardiovasculares.
- Las personas con alguna enfermedad renal infecciones renales repetidas o con cólicos nefríticos más o menos numerosos.
- Las personas con antecedentes familiares de ERC o con enfermedades renales hereditarias.
- Las personas con enfermedades autoinmunes sistémicas.
- Las personas en las que se haya detectado, en algún examen previo, la presencia de sangre en la orina (hematuria) o de proteínas en la orina (proteinuria), sin que respondieran a un diagnóstico claro.
Tratamiento
El diagnóstico temprano de la ERC, la adopción de medidas higiénico dietéticas y el tratamiento médico pueden evitar la progresión de la ERC; para ello resulta indispensable el compromiso del propio paciente, que debe saber de que el sedentarismo afecta negativamente a su enfermedad y que determinados productos, especialmente la sal, deben ser prácticamente eliminados de su dieta, pues contribuirán a empeorar su estado porque aumenta la tensión arterial y porque al retener más líquidos fuerza el trabajo de los riñones. Al evitar que la ERC progrese, se reducen los riesgos de complicaciones por la insuficiencia renal y la hipertensión arterial, así como de retrasar o evitar la diálisis.
Como ocurre en otras enfermedades el objetivo es intentar detener la ERC en una fase lo más precozmente posible y evitar que evolucione hacia una insuficiencia renal establecida. El tratamiento en fases previas evita complicaciones, tratamiento con diálisis y, en general, aumenta la esperanza y calidad de vida. Por ello, la identificación, tratamiento y control adecuado de personas con HTA y con diabetes es fundamental para mantener la función renal.
Las personas afectadas por una ERC y sus familiares deben conocer su enfermedad e implicarse en controlar la situación. En estos casos es indispensable que dispongan de buena información y que conozcan qué medidas deben adoptar para mantener el control de la enfermedad, además de facilitar las revisiones periódicas por el nivel asistencial que se considere el más adecuado en cada caso.
Recomendaciones
Cuando se produce una ERC significa que los riñones han perdido una parte importante de su funcionalidad, sin embargo en un reducido porcentaje de personas la enfermedad evolucionará a una fase de insuficiencia renal crónica establecida.
Si la ERC no progresa hasta las últimas fases - los estadios 3 y sobre todo 4 y 5-, la calidad de vida del paciente podrá ser, prácticamente, normal.
Modificar el estilo de vida, seguir las indicaciones y los tratamientos médicos y controlar los factores de riesgo evitará que se produzca una progresión de la enfermedad. Pero resulta indispensable la implicación del paciente y de su familia, conocer bien los alimentos que hay que controlar, los que debe limitar e incluso los que debe eliminar. Es posible que le pongan un régimen de alimentación indicativo que deberá seguir.
Asimismo es importante controlar el peso - cuando sea necesario el médico le indicará si tiene que perder peso-, evitar el tabaco, mantener las cifras tensionales, las cifras de azúcar en sangre y las cifras de colesterol en parámetros normales.
Las pautas de actividad física periódica tienen que mantenerse.
Si un estilo de vida saludable previene que se produzcan determinadas enfermedades, en este caso, cuando se ha diagnosticado una ERC, la constancia e implicación del paciente puede evitar que la enfermedad progrese o se agrave de forma rápida.
Preguntas frecuentes
¿Cómo puedo prevenir la enfermedad renal crónica?
La prevención de la enfermedad renal es la prevención de las causas conocidas y la evolución de aquellas patologías relacionadas con esta enfermedad. De esta manera, en caso de padecer diabetes, será necesario tener un buen control de la glucemia, en caso de padecer hipertensión arterial habrá que conseguir que las cifras tensionales se mantengan dentro de los parámetros de normalidad, asimismo el tratamiento adecuado de las glomerulonefritis y de las pielonefritis puede evitar su progresión hacia una ERC y, como recomendación general, es preciso evitar el abuso de fármacos nefrotóxicos, entre los que se encuentran los antinflamatorios no esteroideos pero puede haber otros que su médico le informará.
El tabaco puede afectar negativamente a los problemas renales y como además incide sobre la hipertensión arterial, que produce el desarrollo de ERC, una recomendación preventiva es abandonar su consumo. Igualmente el consumo excesivo de alcohol también favorece el aumento de la tensión arterial, motivo por el que se recomienda un uso moderado.
La dieta es también un factor a tener muy en cuenta en la prevención de la ERC. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y ensaladas, exenta de grasas saturadas - los alimentos deben desgrasarse en frío, eliminado la capa de grasa sobrenadante-, con muy poco aporte diario de sal -una recomendación útil es eliminar el salero de la mesa y eliminar o reducir drásticamente la cantidad de sal que se añade al cocinar los alimentos: la sal aumenta la tensión arterial porque retiene los líquidos circulantes y, como consecuencia, fuerza el trabajo cardiaco y la función de los riñones.
Enlaces de interés
La Sociedad Española de Nefrología incluye en el espacio dedicado a pacientes diferentes guías educativas sobre la enfermedad renal crónica:
ALCER: Herramientas
http://alcer.org/federacionalcer/category/publicaciones/herramientas/
Asociaciones de pacientes y familiares
Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón
C/ Don Ramón de la Cruz nº 88 Of. nº 2 - 28006 (Madrid)
Tel: 915 610 837
Fax: 915 643 499
E-mail: federacion@alcer.org
Federación Castilla y León de Asociaciones ALCER
C/ Urraca, 13 Bajo E 47012 Valladolid.
Teléfono / Fax: 983 398 683
E-mail: alcervalladolid@yahoo.es
ALCER ÁVILA
Carretera de Valladolid, 74 05004 Ávila
Teléfono: 920 221 434
Fax: 920 276 098
E-mail: alceravila@alcer.org
ALCER BURGOS
C/ Juan Padilla, 18, Bajo. 09006 Burgos
Teléfono / Fax: 947 229 701
E-mail: alcerburgos@hotmail.com
ALCER LEÓN
C/ Los descalzos, 10. 24003 León.
Teléfono / Fax: 987 236 640
E-mail: alcerleon@telefonica.net
ALCER PALENCIA
C/ Salvino Sierra, 4 34005 Palencia.
Teléfono: 979 752 715
E-mail: alcerpalencia@terra.es
ALCER SALAMANCA
Avenida de Italia, 8, 1º, Oficina 6 37006 Salamanca.
Teléfono / Fax: 923 257 140
E-mail: alcersalamanca@alcer.org
Web: http://alcersalamanca.blogspot.com
ALCER SEGOVIA
Apartado de correos 545 48080 Segovia.
Teléfono: 921 462 016 / 921 436 917
Fax: 921 461 435
E-mail: alcersegovia@gmail.com
ALCER SORIA
C/ Ferial, 3, 5º A 42001 Soria
Teléfono: 975 232 810
E-mail: alcersoria@hotmail.com
ALCER VALLADOLID
C/ Urraca, 13, Bajo E 47012 Valladolid
Teléfono / Fax: 983 398 683
E-mail: alcervalladolid@yahoo.es