Los edulcorantes se utilizan para sustituir el azúcar en la dieta y tienen un poder endulzante muy superior al azúcar refinado.


Los más aconsejables son la sacarina, el acesulfame potásico y el aspartamo, que son edulcorantes sin calorías.


Otras alternativas con el sorbitol y el manitol son edulcorantes bajos en calorías, y producen menor respuesta hiperglucémica que la sacarosa o la glucosa. En general debe respetarse la cantidad máxima permitida ya que su ingesta excesiva puede tener efectos secundarios.