El asma no se origina por catarros ni por bronquitis pero las infecciones respiratorias pueden agravar el asma, en especial las infecciones por virus. Algunas como la gripe podemos prevenirlas.

Los consejos generales para evitar las infecciones son lavarse las manos con frecuencia para prevenir la transmisión de gérmenes y, en la medida de lo posible, evitar el contacto con personas que estén resfriadas o tengan gripe.

La vacunación antigripal anual, en los meses en los que está prevista la vacunación, está indicada en pacientes con asma moderada y grave, tanto adultos como niños.

De igual forma, y dado que la población asmática tiene un mayor riesgo de padecer neumonía, se recomienda la administración de la vacuna frente al neumococo, siempre en los casos en que el médico lo indique.