En las primeras fases de la enfermedad, por lo general, tiene que enfrentarse a las dificultades que le genera la pérdida de memoria, especialmente para elegir la ropa, vestirse y abrochar las cremalleras o los botones, si los hubiera. Usted le comunicará siempre en todo momento lo que va a hacer. En estos casos le dirá por qué ha elegido una ropa y no otra, transmitiéndole una sensación de confort y bienestar.

Las siguientes recomendaciones pueden resultarle útiles:

  • Permita que vestirse sea una rutina diaria, para ello procure que sea a la misma hora y que la ropa esté a la vista y accesible.
  • En el armario, deje a su alcance sólo aquella ropa que se va a poner sin que haya muchas opciones donde elegir.
  • En la medida en que pueda elegir, deje que escoja la ropa que se va a poner cada día. Si la persona no puede elegir las prendas, vaya dándoselas de una en una para que se las ponga.
  • Utilice ropa amplia, con elásticos, fácil de abrochar y calzado con cierre adhesivo.
  • Dele tiempo para vestirse, sin prisas.
  • Ayúdele a que se ocupe de guardar siempre la ropa y complementos en el mismo sitio para evitar olvidos y despistes.

Si a pesar de estas recomendaciones, la persona no quiere vestirse, usted debe mantener la calma e intentar averiguar porque ocurre esta reacción de rechazo: no le gusta la ropa, hace frío y no quiere quitarse el pijama o ese día hay alguna actividad que no le gusta. En cualquier caso, no le obligue, trate de calmarle con cariño e inténtelo más tarde.