Es la respuesta o reacción de su organismo contra el hígado trasplantado debido a que su sistema inmunitario lo reconoce como extraño. Para prevenir esta situación, en principio se busca que el donante y el receptor sean compatibles, pero aún así siempre existe el riesgo de que se produzca el rechazo. Los síntomas que pueden indicar el rechazoson:

  • Fiebre de unos 38ºC.
  • Dolor de cabeza, ahogo, fatiga, escalofríos, dolores, náuseas, vómitos.
  • Dolor o malestar en el lado derecho del abdomen donde está el hígado trasplantado.
  • Retención de líquidos o ganancia súbita de peso.
  • Dificultad al respirar.
  • Aumento repentino de la tensión arterial (tensión arterial diastólica > 100 mmHg).
  • Cambios en el ritmo o la frecuencia cardíaca, en el color o el olor de la orina, o en los hábitos intestinales.

Si presenta cualquiera de estos síntomas no dude en comunicárselo a su médico de la Unidad de Trasplante.

Una vez realizado el trasplante, la prevención se hace con un medicamento que tendrá que tomar toda la vida y que se conoce como inmunosupresor.

Durante los primeros meses que siguen al trasplante, su equipo médico estará en continuo contacto con usted. Los controles serán exhaustivos y frecuentes. Es fundamental conocer si el órgano trasplantado está funcionando adecuadamente y detectar tempranamente cualquier posible alteración. Se determinarán periódicamente los niveles alcanzados en sangre por la medicación inmunosupresora, para confirmar que la dosis es la adecuada a su metabolismo o si ésta debe modificarse.

A pesar de todas las precauciones en su selección como receptor ideal del hígado que le ha sido trasplantado, siempre cabe la posibilidad de sufrir un rechazo