En función de su evolución, el médico le aconsejará la dieta adecuada y generalmente suele requerirse una reducción de sal y proteínas.


Conviene recordar que el sodio favorece que se acumulen líquidos en los tejidos, por lo tanto no sólo debe reducir la sal de mesa sino también los alimentos que contengan sodio como: embutidos, precocinados, salsas, latas, ahumados.


Las proteínas, a pesar deser necesarias para la formación y reparación de los tejidos, cuando el filtrado renal es reducido tienden a acumularse y transformarse en urea, un producto que se acumula en la sangre y puede causar síntomas y molestias como náuseas, vómitos, picor e incluso alteración del nivel de conciencia. Los alimentos con mayor contenido proteico son los de origen animal: carnes, pescado y en menor medida leche, derivados y huevos. Es posible que, en función de la evolución, el médico le recomiende limitar el consumo de otros alimentos ricos en potasio.