El diagnóstico del asma en los niños pequeños es difícil de realizar. Hasta los cinco años, la función pulmonar se mide con dificultad, aunque es posible hacer espirometrías forzadas a partir de los 3 años. Antes de esa edad, son necesarias técnicas más complejas.

La prueba más usada a partir de los 5 o 6 años de edad es la espirometría con prueba broncodilatadora. En ocasiones se utilizan también las pruebas de hiperrespuesta bronquial con metacolina o ejercicio y la medición de la fracción exhalada de óxido nítrico (FENO).