Personas mayores
Vivir más y mejor: Llegar a una edad avanzada no significa renunciar a la calidad de vida. Al contrario: todavía es posible cuidar el cuerpo, la mente y las relaciones. Cada paso que das en el día a día puede marcar una gran diferencia. En esta etapa, tienes derecho a sentirte bien, estar acompañado y tomar decisiones sobre tu salud y tu vida. Aquí encontrarás consejos y recursos que te ayuden a vivir con autonomía, seguridad y bienestar.
Personas mayores
Cuidar la salud física y mental
Moverse cada día ayuda a mantenerse fuerte y ágil.
No hace falta hacer grandes esfuerzos, basta con mantenerse activo a tu ritmo. Caminar, subir escaleras, bailar, hacer estiramientos suaves o ejercicios adaptados ayudan a conservar la musculatura, evitar caídas y tener más energía.
Lo ideal sería moverse al menos 30 minutos la mayoría de los días. Si hay problemas de movilidad, existen ejercicios en silla o se puede pedir orientación en el centro de salud.
Ejercitar la mente también es importante
Leer, hacer crucigramas, aprender a usar el móvil, contar historias o jugar a las cartas… Todo eso mantiene el cerebro activo.
No importa la edad: siempre se puede aprender y adaptarse. Hay ejercicios muy sencillos para entrenar la memoria y la atención desde casa o en grupo.
Cuidar cómo uno se siente es tan importante como cuidar el cuerpo.
A veces aparece la soledad, la desgana o el mal humor. Eso también es salud. Hablar de cómo se siente, pedir ayuda y mantener el contacto con otras personas puede cambiar el día.
No hay por qué aguantar la tristeza o la ansiedad sin más. Si cuesta dormir, si hay llanto sin motivo o han desaparecido las ganas de hacer cosas, conviene comentarlo con el personal sanitario. Hay recursos que pueden ayudar.
Comer bien, descansar y cuidar los tratamientos
Una buena alimentación ayuda a mantenerse fuerte y prevenir enfermedades.
Es normal que con los años cambie el apetito o que dé más pereza cocinar. Pero seguir comiendo variado y suficiente es clave:
- Frutas y verduras todos los días.
- Proteínas como huevos, pescado, legumbres o carne blanca.
- Beber agua, aunque no haya sed.
- Evitar abusar de dulces o fritos.
Si se ha perdido peso, fuerza o energía sin querer, es importante comentarlo en el centro de salud.
La importancia de tomar bien la medicación.
Muchas personas mayores toman varios medicamentos. A veces cuesta recordar o entender para qué sirve cada uno. Por eso es importante:
- Llevar una lista actualizada.
- Usar un pastillero semanal.
- Pedir que revisen los tratamientos para ver si se pueden simplificar.
- Nunca se deben tomar medicamentos antiguos o de otras personas. Siempre se debe consultar a tu médico o enfermera del centro de salud.
Dormir bien también es salud.
Con la edad es habitual dormir menos o despertarse antes, pero no debería ser un sueño de mala calidad.
Ayuda tener horarios regulares, evitar siestas largas, no usar pantallas por la noche y cenar ligero. Si el sueño es un problema frecuente, conviene comentarlo.
Existen soluciones que no siempre implican tomar pastillas.
Vivir con autonomía y seguridad
Con pequeños cambios en el hogar, es posible prevenir caídas y favorecer una vida más independiente. Muchas caídas ocurren en casa, pero con medidas sencillas pueden evitarse.
- Quitar o fijar alfombras.
- Tener buena iluminación.
- Colocar barras de apoyo en el baño.
- Usar calzado cerrado y con suela antideslizante.
Si hay inestabilidad o antecedentes de caídas, usar un bastón o andador no es señal de debilidad, sino de inteligencia y prevención.
Seguir haciendo cosas uno mismo es clave.
Aunque se necesite ayuda para algunas tareas, conviene mantener la autonomía en lo que aún se puede hacer: vestirse, preparar la comida, decidir horarios.
Hay utensilios y adaptaciones que facilitan estas tareas: calzadores largos, sillas en la ducha, cubiertos adaptados…
También es importante pensar en el futuro.
Dejar por escrito tus preferencias sobre la atención sanitaria permite que, si algún día no puedes decidir, las personas cercanas y los profesionales sepan cómo quieres ser atendido.
Eso se llama documento de "Instrucciones previas", también conocido como testamento vital o documento de voluntades anticipadas. Puedes consultar más información aquí.
Si tienes cualquier duda, pregunta en tu centro de salud.
Estar en contacto y participar en la comunidad
Las relaciones mejoran el bienestar.
Llamar a alguien, acudir al centro de mayores, jugar con nietos, participar en una asociación… todo eso da alegría y sentido.
Estar acompañado no es solo tener gente cerca, sino sentir que alguien escucha y te tiene en cuenta.
Si hay sensación de soledad, hay programas y personas dispuestas a acompañar.
Todavía se puede aportar mucho.
La experiencia, las habilidades y las vivencias pueden ser muy útiles. Participar como voluntario, colaborar en actividades del barrio, apuntarse a talleres o compartir lo que se sabe son formas de seguir sintiéndose activo.
La tecnología puede ayudar a mantenerse conectado.
Aprender a usar el móvil o una tablet puede facilitar muchas cosas: pedir cita con tu médico o enfermera, hablar por videollamada, leer noticias o ver vídeos.
No hay que saberlo todo de golpe. Se puede aprender poco a poco. Hay talleres y personas que enseñan desde lo más básico.
Y lo más importante: no hay que enfrentarse a esto solo. Se puede pedir ayuda en el centro de salud o centro de mayores para mejorar cualquier aspecto de la salud o el bienestar.
















