Personas adultas
Cuidar la salud también es una responsabilidad contigo mismo. La vida adulta es un momento clave para prevenir, detectar a tiempo y mantener hábitos saludables que te acompañen durante años.
Personas adultas
Prevenir, detectar y cuidarse
Durante esta etapa, es esencial acudir a las revisiones periódicas y participar en los programas de cribado recomendados, como el de cáncer de mama, cuello de útero o colon. Estos controles permiten detectar enfermedades en fases tempranas.
Más información: Prevención del cáncer | Ciudadanos
También es un buen momento para establecer rutinas de autocuidado sencillas pero eficaces:
- Mantener al día las vacunas recomendadas.
- Medir regularmente tensión, colesterol, glucosa o peso.
- Consultar ante señales de alerta como dolor persistente, cansancio excesivo o cambios de ánimo prolongados.
- Tener a mano información clara sobre a qué servicios acudir según el problema.
Alimentación y movimiento
Una buena salud comienza en la cocina y continúa con el movimiento diario. No se trata de hacer dietas estrictas ni entrenamientos intensos, sino de integrar elecciones saludables en lo cotidiano.
Recomendaciones clave:
- Comer más alimentos frescos y menos ultraprocesados.
- Planificar menús semanales equilibrados.
- Beber agua como bebida principal.
- Hacer ejercicio moderado al menos 150 minutos por semana (caminar, nadar, bailar...).
- Reducir el tiempo sedentario, especialmente frente a pantallas.
El objetivo es que la alimentación y la actividad física sean sostenibles en el tiempo y placenteras.
Salud emocional y vínculos
Las responsabilidades y presiones propias de esta etapa pueden afectar al bienestar mental. Por eso es importante reconocer emociones, gestionar el estrés y contar con una red de apoyo.
Pedir ayuda psicológica cuando se necesita no es un signo de debilidad, sino de salud.
Además, cuidar nuestras relaciones mejora la autoestima y aporta sentido a la vida. Participar en actividades grupales, dedicar tiempo a la pareja o amistades y mantener límites sanos son formas de autocuidado emocional.
Conciliación, autocuidado y corresponsabilidad
Conciliar no debería suponer renunciar a uno mismo. Repartir tareas del hogar, cuidar en equipo y reconocer los propios límites previene el agotamiento físico y mental.
El autocuidado debe ser una prioridad, no un premio que llega solo cuando todo lo demás está resuelto.
Algunas claves:
- Reservar tiempo personal sin culpa.
- Planificar descansos y desconexión digital.
- Delegar y compartir cargas familiares o laborales.
- Reconocer el desgaste y buscar apoyos cuando sea necesario.
Salud sexual y reproductiva
La sexualidad en la vida adulta debe vivirse desde el placer, el respeto y la información. Conocer los propios derechos, saber pedir ayuda y hablar sin tabúes mejora la calidad de vida.
Es importante realizar revisiones ginecológicas o andrológicas periódicas, protegerse frente a las infecciones de transmisión sexual y conocer los efectos de la menopausia o la andropausia.
También se puede trabajar la salud sexual desde:
- El suelo pélvico (con fisioterapia si se necesita).
- El deseo y el consentimiento.
- El uso de anticonceptivos seguros.
- El respeto a los ritmos propios y ajenos.
Para resolver dudas o recibir atención personalizada, puedes acudir a tu matrona, médico o enfermera del centro de salud. Están ahí para ayudarte, sin juicios y con información basada en evidencia.
Anticoncepción y planificación familiar
La anticoncepción permite a las personas decidir si desean tener hijos y cuándo, lo que favorece una planificación responsable y saludable. Es importante conocer los distintos métodos disponibles para elegir el más adecuado a las necesidades personales y de salud.
Anticonceptivos de barrera
Previenen el contacto entre el óvulo y los espermatozoides.
Preservativo masculino y femenino
- Se coloca en el pene o dentro de la vagina, evitando que los espermatozoides lleguen al óvulo. Además, es el único método que protege también contra las infecciones de transmisión sexual (ITS).
- Eficacia: 85-98%.
Diafragma y capuchón cervical
- Se insertan en la vagina para cubrir el cuello uterino y bloquear el paso de los espermatozoides, generalmente con espermicida.
- Eficacia: 71-88%.
- No protegen contra las ITS.
Anticonceptivos hormonales
Regulan la ovulación mediante hormonas sintéticas para evitar la fecundación.
Píldora anticonceptiva (combinada y minipíldora)
- Se toma diariamente para evitar la ovulación o cambiar la consistencia del moco cervical.
- Eficacia: 91-99%.
- No protegen contra las ITS.
Anillo vaginal y parche anticonceptivo
- El anillo se coloca en la vagina y el parche en la piel, liberando hormonas para evitar la ovulación.
- Eficacia: 91-99%.
- No protegen contra las ITS.
Inyección anticonceptiva
- Se administra una inyección de hormonas cada 1-3 meses para prevenir el embarazo.
- Eficacia: 94-99%.
- No protegen contra las ITS.
Implante subdérmico
- Es un pequeño dispositivo colocado bajo la piel que libera hormonas para evitar la ovulación.
- Eficacia: >99%.
- No protegen contra las ITS.
Dispositivos Intrauterinos (DIU)
Dispositivos pequeños colocados en el útero que evitan la fecundación o la implantación del óvulo.
DIU hormonal
- Libera hormonas para evitar la ovulación y reducir el sangrado menstrual.
- Eficacia: >99%.
- No protegen contra las ITS.
DIU de cobre
- No contiene hormonas, interfiere con la movilidad del esperma y altera el ambiente uterino.
- Eficacia: >99%.
- No protegen contra las ITS.
Métodos permanentes (Esterilización)
Procedimientos definitivos para quienes no desean tener hijos en el futuro.
Ligadura de trompas (mujeres)
- Consiste en cerrar o bloquear las trompas de Falopio para impedir que el óvulo se encuentre con los espermatozoides.
- Eficacia: >99%.
- No protegen contra las ITS.
Vasectomía (hombres)
- Intervención quirúrgica en la que se cortan o bloquean los conductos deferentes para impedir el paso de espermatozoides.
- Eficacia: >99%.
- No protegen contra las ITS.
Métodos naturales
Requieren un seguimiento detallado del ciclo menstrual, con eficacia variable y sin protección frente a ITS.
Método del ritmo o calendario
- Consiste en calcular los días fértiles según el ciclo menstrual, evitando las relaciones sexuales en esos días.
- Eficacia: Alta tasa de fallos.
- No protegen contra las ITS.
Método de la temperatura basal
- Se mide la temperatura corporal diariamente para identificar los días fértiles.
- Eficacia: Variable.
- No protegen contra las ITS.
Método del moco cervical
- Se observa el flujo vaginal para detectar los días fértiles.
- Eficacia: Variable.
- No protegen contra las ITS.
Coito interrumpido
- El hombre retira el pene antes de eyacular para evitar la fecundación.
- Eficacia: Baja, debido a la presencia de espermatozoides en el líquido preseminal.
- No protegen contra las ITS.
Anticoncepción de emergencia: Uso puntual
La píldora del día después es un recurso para prevenir el embarazo tras una relación de riesgo, pero no debe usarse como método habitual debido a su alta carga hormonal.
- Debe tomarse lo antes posible.
- No es eficaz si ya ha ocurrido la implantación del óvulo fecundado.
- No debe usarse regularmente, ya que puede causar alteraciones menstruales y presenta una menor eficacia que otros métodos anticonceptivos regulares.
Elección del método adecuado
Los métodos anticonceptivos deben seleccionarse según la salud, la edad, la frecuencia de las relaciones y el deseo de tener hijos en el futuro.
El preservativo es el único método que también protege contra infecciones de transmisión sexual (ITS).
Consulta con tu matrona para elegir el método más adecuado.
Recursos y guías
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