La salud de la mujer
Un recorrido por los principales aspectos de la salud de la mujer a lo largo de su vida, con información práctica, acompañamiento profesional y recursos del sistema público de Castilla y León.
La salud de la mujer
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La Mujer en Castilla y León
¿Qué servicios me ofrece el sistema público de salud?
En Castilla y León, la Atención Primaria es el primer nivel de acceso al sistema de salud y cuenta con un equipo multidisciplinar que trabaja de forma coordinada para cuidar de ti a lo largo de toda la vida. Este equipo está compuesto por médicos y médicas de familia, profesionales de enfermería, personal administrativo, fisioterapeutas y trabajadores sociales, entre otros perfiles.
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En Castilla y León, los centros de salud ofrecen un modelo de atención integral, coordinada y cercana, donde participan varios profesionales para acompañarte en cada etapa de tu vida:
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Médico/a de familia: realiza el seguimiento de tu salud general y es el primer contacto ante cualquier síntoma o problema.
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Enfermero/a: clave en prevención, control de factores de riesgo, educación para la salud y apoyo continuo.
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Trabajador/a social: te orienta sobre recursos sociales y comunitarios, apoyo familiar, dependencia o violencia de género.
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Fisioterapeuta: valora y trata disfunciones físicas (como dolores musculares, problemas de suelo pélvico, secuelas tras el parto o menopausia activa), en coordinación con el resto del equipo.
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Personal administrativo: te ayuda con la gestión de citas, derivaciones y documentación médica.
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Matrona (profesional de referencia en salud de la mujer)
Acompaña a la mujer en sus múltiples etapas vitales. Su atención abarca:
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Adolescencia: educación sexual, anticoncepción y menstruación.
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Edad fértil: salud ginecológica, planificación familiar, seguimiento del embarazo.
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Embarazo y posparto: control clínico, preparación al parto, lactancia y cuidados del recién nacido.
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Menopausia y climaterio: acompañamiento físico y emocional, prevención de problemas asociados.
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Salud del suelo pélvico: prevención y tratamiento de incontinencia, dolor pélvico o disfunciones sexuales.
Puedes pedir cita con la matrona directamente en tu centro de salud, sin necesidad de derivación médica.
Cartera pública de servicios
La Consejería de Sanidad de Castilla y León garantiza una atención completa a través de:
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Cartera de Servicios de Atención Primaria, con actividades preventivas, educación sanitaria, promoción de hábitos saludables y atención específica a la mujer.
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Cartera de Atención Especializada, con acceso a ginecología, obstetricia y otras especialidades a través del sistema hospitalario público.
Cribados poblacionales gratuitos para mujeres
La Junta de Castilla y León desarrolla programas organizados de detección precoz, totalmente gratuitos:
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Cáncer de mama
Mujeres de 45 a 74 años. Se realiza mamografía cada 2 años. -
Cáncer de cuello de útero
Mujeres de 25 a 64 años. Se realiza citología o test del VPH, según edad.
La participación en estos programas es clave para la detección temprana y la mejora del pronóstico. Recibirás la citación por carta o puedes consultarlo en tu centro de salud.
Mas información sobre los cribados:
Detección precoz de cáncer de mama | Ciudadanos
Espacio "Salud de la Mujer" en la Escuela de Pacientes
La Escuela de Pacientes de Castilla y León incluye un apartado exclusivo para mujeres con información clara, práctica y accesible.
Consulta la información aquí: Mujer | Escuela de pacientes
Cribados poblacionales y prevención
¿Qué son los cribados poblacionales?
Son programas organizados y gratuitos que ofrecen pruebas periódicas a mujeres asintomáticas para detectar enfermedades en fases iniciales. Su objetivo es reducir la incidencia y la mortalidad a través de diagnósticos tempranos.
Programas activos en Castilla y León gestionados por la Consejería de Sanidad.
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Cáncer de mama
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Dirigido a mujeres de 45 a 74 años.
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Mamografía bilateral cada dos años, que detecta hasta el 95 % de los tumores pequeños.
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Las invitaciones se envían por carta; también se puede preguntar en el centro de salud o unidad de mamografía local.
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Cáncer de cuello de útero
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Cáncer colorrectal (aunque no exclusivo de la mujer, es parte del cribado común)
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Dirigido a hombres y mujeres entre 50 y 69 años.
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Test de sangre oculta en heces cada 2 años.
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En caso de resultado positivo, se deriva para colonoscopia.
¿Por qué participar?
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Los cribados permiten detectar lesiones precancerosas, facilitando tratamientos menos agresivos y mejorando el pronóstico.
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En Castilla y León, en 2022 se realizaron más de 122000 mamografías, con un 6,5 % de sospecha por provincia, lo que demuestra la implementación activa del programa.
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El cambio al modelo de cribado poblacional busca mejorar la cobertura y reducir desigualdades.
¿Cómo acceder?
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Recibes una carta de citación en el domicilio o puedes acudir a tu centro de salud para solicitar la prueba.
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Tras una citología o prueba de VPH positiva, el sistema te dará seguimiento, sin necesidad de gestión adicional.
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Si ya estás en la mutualidad (Muface, ISFAS, MUGEJU, etc.), consulta en ella dónde realizar el cribado.
Novedades y mejoras recientes
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El cribado de cáncer de cuello uterino incorpora la modalidad de toma de muestra única, lo que reduce el número de visitas y agiliza el proceso.
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Las pruebas VPH permiten una mejor detección en mujeres de 35 a 64 años, con evidencia científica que avala esta estrategia.
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El Ciclo Menstrual
¿Por qué es importante hablar de esto?
Porque durante años muchos temas se han silenciado: el dolor menstrual, la baja libido, los cambios emocionales del ciclo, el impacto de la menopausia... Reconocer lo que sentimos, entender qué es normal y cuándo consultar, nos ayuda a vivir cada etapa con mayor bienestar y libertad.
El ciclo menstrual: cómo funciona y cuándo consultar
El ciclo menstrual no solo es una "regla al mes". Involucra cambios hormonales que afectan al cuerpo y al estado de ánimo. Conocerlo permite detectar señales de alarma y vivirlo con mayor bienestar.
Un ciclo saludable suele tener:
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Duración entre 21 y 35 días.
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Sangrado moderado de 3 a 7 días.
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Dolor leve, que no impide la actividad diaria.
Consulta si aparecen:
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Reglas muy abundantes o con coágulos grandes.
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Dolor intenso que incapacita (dismenorrea).
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Ciclos irregulares o ausencia de menstruación sin causa aparente.
Las matronas de Atención Primaria pueden ayudarte a entender tu ciclo, valorar anticonceptivos y detectar alteraciones frecuentes como el síndrome de ovario poliquístico o la endometriosis.
Síndrome premenstrual: no es "una exageración"
Entre el 30 y el 75% de las mujeres presentan síntomas antes de la menstruación. Pueden ser físicos, emocionales o ambos.
Síntomas frecuentes:
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Irritabilidad, ansiedad, tristeza.
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Pecho dolorido, hinchazón abdominal, fatiga.
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Dificultad para concentrarse o dormir.
Estos síntomas pueden aliviarse con pequeños cambios:
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Llevar un diario del ciclo para anticiparse.
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Dormir bien y hacer ejercicio regular.
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Evitar alcohol, cafeína y comidas muy procesadas.
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Valorar suplementos (magnesio, calcio, B6) si lo recomienda tu profesional sanitario.
Si los síntomas son graves o interfieren con tu vida, consulta. En algunos casos puede tratarse de un Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) que necesita intervención.
La Maternidad
La maternidad: una etapa intensa y vulnerable
Ser madre es una experiencia transformadora que no siempre se vive con la alegría idealizada que la sociedad transmite. El cuerpo cambia, la mente se adapta y las exigencias aumentan. Por eso, es fundamental abordar la maternidad desde un enfoque integral de salud física, emocional y social.
Cambios frecuentes tras el parto:
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Cansancio extremo, sensación de desbordamiento.
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Cambios en la imagen corporal y autoestima.
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Inseguridad o miedo a "hacerlo mal".
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Dificultad para retomar la vida sexual.
- Conflictos entre las expectativas y la realidad.
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Hablar de estos temas ayuda a desmontar el mito de la "madre perfecta" y favorece una maternidad más humana, acompañada y real.
Lactancia: salud y vínculo, con apoyo profesional
La lactancia materna tiene beneficios bien documentados para el bebé y para la madre, pero no siempre es fácil ni automática.
Lo que puede ayudarte:
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Apoyo desde el inicio en el hospital y centro de salud.
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Asesoramiento por parte de matronas o grupos de apoyo en tu zona.
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Resolución de dudas: agarre, dolor, tomas frecuentes, compatibilidad con medicamentos.
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Validar todas las decisiones: lactancia materna exclusiva, mixta o artificial, sin juicios.
En Castilla y León puedes consultar con tu matrona incluso antes del parto para prepararte, o tras el nacimiento si tienes dificultades.
Salud mental materna: reconocer para prevenir
Hasta 1 de cada 5 mujeres sufre síntomas de ansiedad, tristeza o depresión tras el parto. No siempre se identifica, y muchas mujeres no piden ayuda por miedo a ser juzgadas.
Señales de alerta:
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Llanto frecuente sin motivo claro.
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Sensación de culpa o no estar a la altura.
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Insomnio, irritabilidad o pensamientos intrusivos.
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Dificultad para disfrutar, para conectar o para cuidarse.
Qué hacer:
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Pedir ayuda en tu centro de salud.
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Hablar con tu matrona, médica de familia o enfermera.
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Aceptar que sentirse desbordada no es señal de debilidad, sino de que necesitas acompañamiento.
La salud mental materna es salud pública. Cuidarte también es cuidar a tu bebé.
Conciliación y carga mental
La conciliación sigue siendo un reto estructural. Muchas mujeres se ven desbordadas al intentar compaginar la crianza, el trabajo, el hogar y los cuidados familiares.
Factores que afectan la salud:
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Jornadas laborales exigentes.
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Falta de corresponsabilidad en el hogar.
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Falta de redes de apoyo reales.
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Dificultad para tener tiempo propio o descanso real.
Estrategias posibles:
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Repartir tareas: implicar a la pareja y al entorno.
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Pedir ayuda sin culpa.
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Establecer límites: no es posible llegar a todo.
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Reservar espacios diarios para ti, aunque sean pequeños.
El sistema no siempre acompaña, pero construir pequeños márgenes de autocuidado es fundamental para prevenir el agotamiento.
La maternidad no se vive en soledad. Con información, apoyo y espacios de autocuidado, es posible criar sin descuidarse. Cuidarte también es parte de ser madre.
La Menopausia
Introducción: el climaterio, una etapa de transición
El climaterio es una fase natural en la vida de las mujeres que marca el paso de la etapa fértil a la no fértil. No ocurre de un día para otro, sino que es un proceso progresivo, que puede durar varios años y que incluye:
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La perimenopausia: cuando comienzan los cambios hormonales y menstruales.
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La menopausia: momento en que cesa la menstruación durante 12 meses consecutivos.
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La posmenopausia: los años posteriores, donde los niveles hormonales se estabilizan en cifras bajas.
Durante el climaterio, es habitual experimentar síntomas físicos y emocionales: sofocos, insomnio, alteraciones del estado de ánimo, cambios en la piel, la figura o el deseo sexual. También puede haber efectos sobre la salud ósea y cardiovascular.
Entender esta etapa y conocer las herramientas disponibles permite vivirla con mayor bienestar y seguridad.
¿Qué es la menopausia?
La menopausia es un hito dentro del climaterio. Se define como el cese definitivo de la menstruación durante al menos 12 meses consecutivos, sin causa patológica ni quirúrgica. Suele producirse entre los 45 y 55 años, siendo la edad media en España de 50-51 años.
No es una enfermedad, pero puede generar síntomas que afectan a la calidad de vida si no se abordan correctamente.
Cambios habituales en esta etapa
Los síntomas varían en intensidad y duración según cada mujer. Algunos aparecen antes de que desaparezca la regla, durante la perimenopausia.
Síntomas más comunes:
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Sofocos y sudores nocturnos.
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Trastornos del sueño (dificultad para conciliar o mantener el sueño).
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Cambios emocionales: irritabilidad, tristeza, ansiedad.
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Sequedad vaginal y molestias en las relaciones sexuales.
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Disminución del deseo sexual.
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Pérdida de masa ósea (mayor riesgo de osteoporosis).
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Aumento de grasa abdominal y riesgo cardiovascular.
Cuidados recomendados
1. Estilo de vida saludable
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Alimentación: dieta mediterránea, rica en calcio y vitamina D.
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Ejercicio físico regular: al menos 150 min/semana de actividad moderada.
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Evitar tabaco y alcohol: factores que aumentan el riesgo de osteoporosis y enfermedades cardiovasculares.
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Sueño y manejo del estrés: rutinas, relajación, apoyo emocional.
2. Suelo pélvico
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Muy vulnerable en esta etapa. Se recomienda:
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Ejercicios de Kegel.
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Evitar el estreñimiento y los esfuerzos excesivos.
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Valorar con fisioterapeuta si hay escapes, prolapsos o dolor pélvico.
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3. Terapias disponibles
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Tratamiento hormonal sustitutivo (THS): eficaz para sofocos y salud ósea, pero no está indicado para todas. Se valora individualmente.
- Alternativas no hormonales: lubricantes, hidratantes vaginales, fitoterapia, y ciertos antidepresivos para síntomas vasomotores (según criterio médico).
El tratamiento debe ser siempre individualizado, con seguimiento desde Atención Primaria o Ginecología.
Apoyo desde el sistema público en Castilla y León
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Puedes pedir cita con tu matrona para hablar sobre menopausia: es una profesional experta en esta etapa, y no es necesario que tengas la regla o estés embarazada para acudir a ella.
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Tu equipo de Atención Primaria puede solicitar analíticas, derivar a ginecología si es necesario, y acompañarte con una visión integral.
La menopausia no es el final de nada. Es una etapa de transformación, y con el acompañamiento adecuado, puede vivirse con plenitud y confianza.
Vida Sexual
¿Por qué hablar de sexualidad?
La sexualidad es una parte natural de la vida y de la salud de todas las personas, y en el caso de las mujeres, atraviesa distintas etapas marcadas por cambios hormonales, físicos, psicológicos y sociales.
No se trata solo del deseo o de las relaciones sexuales, sino de cómo nos sentimos con nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestros vínculos y nuestra identidad.
Hablar de vida sexual es hablar de salud, placer, respeto y bienestar.
Etapas clave en la vida sexual de la mujer
1. Adolescencia y juventud
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Es la etapa de descubrimiento y formación de la identidad sexual.
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Es fundamental contar con educación sexual basada en la evidencia: comprender el cuerpo, el consentimiento, los métodos anticonceptivos y la prevención de infecciones de transmisión sexual (ITS).
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En Castilla y León, puedes consultar con tu matrona de Atención Primaria sobre estos temas de forma confidencial.
2. Edad fértil y etapa reproductiva
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El deseo sexual varía según el ciclo menstrual, el estado emocional, la relación de pareja y otros factores.
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El uso de anticonceptivos puede influir en la libido o en la comodidad.
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El embarazo y el posparto suponen grandes cambios físicos y emocionales que pueden afectar la vida sexual:
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Dolor o sequedad vaginal.
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Cansancio, inseguridad, cambios en la imagen corporal.
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Necesidad de tiempo para reanudar la actividad sexual con placer y tranquilidad.
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La atención posparto también debe incluir el acompañamiento de la vida sexual. La matrona o el centro de salud pueden ayudarte si tienes dudas o molestias.
3. Etapa del climaterio y menopausia
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Algunas mujeres experimentan cambios hormonales que provocan disminución del deseo, sequedad vaginal o molestias en las relaciones sexuales.
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Estos síntomas tienen tratamientos eficaces y seguros, como lubricantes, hidratantes o estrógenos locales.
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El suelo pélvico puede debilitarse y afectar el placer o la continencia.
La sexualidad no desaparece con la edad: se transforma. Puede vivirse con plenitud, seguridad y placer en esta etapa y más allá.
4. Edad madura y envejecimiento
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El deseo sexual puede mantenerse estable, aumentar o disminuir, y todas las opciones son válidas.
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La sexualidad en esta etapa está influida por factores como la salud física, la autoestima, la relación de pareja o la soledad.
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Mantener la comunicación, el afecto, el contacto físico y el cuidado del cuerpo es clave.
Cuidados básicos para una vida sexual saludable
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Conocer el propio cuerpo y sus cambios.
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Cuidar el suelo pélvico con ejercicios sencillos y atención fisioterapéutica si es necesario.
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Consultar si hay dolor, sequedad o malestar, sin normalizarlo.
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Priorizar el deseo propio, sin presiones ni expectativas ajenas.
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Buscar apoyo profesional ante dudas o dificultades persistentes.
¿Dónde acudir?
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En Atención Primaria, puedes hablar con tu matrona o con tu médico sobre sexualidad, pareja, molestias físicas o emocionales.
Alimentación, movimiento y descanso
La salud no se basa solo en diagnósticos o tratamientos. También se construye día a día a través de lo que comemos, cómo nos movemos y cómo descansamos. Son tres pilares básicos que están profundamente interrelacionados y que, bien cuidados, mejoran el bienestar físico, mental y emocional.
Alimentación: comer bien para vivir mejor
Una buena alimentación no significa hacer dieta, sino nutrirse adecuadamente según la etapa vital y las necesidades individuales.
Recomendaciones clave (basadas en guías de salud pública):
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Priorizar alimentos frescos: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
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Reducir el consumo de ultraprocesados, azúcares añadidos, alcohol y grasas saturadas.
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Beber agua como bebida principal.
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Comer despacio, con atención, respetando el hambre y la saciedad.
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Adaptar las cantidades a la actividad física, la edad y el momento vital (embarazo, lactancia, menopausia, etc.).
En Castilla y León puedes consultar con tu centro de salud si necesitas apoyo nutricional, especialmente en casos de enfermedad, menopausia o sobrepeso.
Movimiento: más que ejercicio, salud activa
El cuerpo necesita moverse para mantenerse fuerte, flexible y estable. No hace falta apuntarse al gimnasio: la clave es reducir el sedentarismo y encontrar formas de moverse con gusto.
Beneficios del movimiento regular:
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Mejora la salud cardiovascular y ósea.
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Regula el estado de ánimo y el sueño.
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Disminuye el riesgo de enfermedades crónicas.
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Ayuda a mantener el peso y la masa muscular.
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Mejora el suelo pélvico y la movilidad en la madurez.
Consejos útiles:
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Caminar al menos 30 minutos al día.
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Subir escaleras en lugar de usar el ascensor.
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Bailar, nadar, pedalear, cuidar el jardín... ¡todo suma!
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Elegir actividades adaptadas a cada etapa y nivel.
En tu centro de salud puedes consultar sobre programas de ejercicio físico adaptado o grupos comunitarios.
Descanso: dormir bien también es cuidarse
El descanso de calidad es esencial para la salud. Sin buen sueño, el cuerpo no se recupera ni la mente se regula.
Factores que ayudan a dormir mejor:
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Rutina: acostarse y levantarse a la misma hora.
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Ambientes tranquilos, sin pantallas antes de dormir.
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Evitar cenas copiosas, alcohol, tabaco o estimulantes por la tarde.
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Practicar técnicas de relajación si hay dificultad para conciliar el sueño.
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Revisar con el profesional sanitario si hay insomnio persistente.
El insomnio en mujeres puede estar relacionado con el ciclo hormonal, la menopausia o el estrés. No hay que normalizarlo.
Cuidar estos tres pilares a lo largo de la vida: Las necesidades cambian, pero una alimentación equilibrada, movimiento regular y descanso reparador son claves en todas las etapas
Tu plan individual de bienestar
¿Para qué sirve esta actividad?
Este ejercicio te ayudará a pararte un momento, reflexionar y tomar una pequeña decisión consciente para cuidar tu salud. No necesitas grandes cambios, solo identificar un gesto pequeño, realista y posible, que puedas empezar hoy mismo.
¿Cómo hacerlo?
Solo necesitas 10 a 15 minutos, algo para escribir (papel, cuaderno, móvil) y un espacio tranquilo.
Contesta con sinceridad y sin exigencias. Esto es para ti y por ti.
Paso 1. Reflexiona sobre tu salud actual
Piensa en estos aspectos:
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¿Cómo me estoy alimentando?
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¿Duermo lo suficiente y descanso bien?
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¿Estoy en movimiento o paso muchas horas sentada?
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¿Cómo está mi estado de ánimo?
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¿Siento placer en mi vida? ¿Me doy espacio para mí?
Paso 2. Responde a estas 5 preguntas
Puedes copiar y escribir las respuestas en un cuaderno, en tu móvil o imprimirlas.
- 1. ¿Qué aspecto de mi salud o bienestar quiero cuidar más en este momento?
(Ejemplo: mi descanso, mi alimentación, moverme más, mi vida sexual, pedir ayuda, gestionar el estrés…)
- 2. ¿Qué me está frenando ahora mismo?
(Ejemplo: falta de tiempo, cansancio, no saber por dónde empezar, desánimo…)
- 3. ¿Qué pequeño paso concreto y realista puedo dar esta semana?
(Ejemplo: salir a caminar 10 minutos al día, cenar sin pantallas, dormir media hora más, pedir cita con mi matrona…)
- 4. ¿Qué necesito para lograrlo?
(Ejemplo: organizar mi día, dejar de exigirme tanto, hablar con alguien, buscar apoyo…)
- 5. ¿Con quién quiero compartir este compromiso?
(Ejemplo: conmigo misma, con mi pareja, con una amiga, con un profesional…)
Paso 3. Escribe tu compromiso
Ahora escribe tu compromiso en una sola frase:
Esta semana voy a cuidarme dando este paso: ___________________________________
Puedes copiarlo en un post-it, ponerlo en tu nevera o dejarlo como recordatorio en tu móvil.
Imagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contexto.
RECUERDA
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No necesitas hacerlo perfecto. Solo empezar.
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Cada paso, por pequeño que parezca, cuenta.
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Puedes repetir este ejercicio cada vez que quieras revisar tu bienestar.
Y si lo necesitas…
En tu centro de salud puedes consultar con tu matrona, médico de familia o enfermera.

















