Trastorno del Espectro Autista (TEA)

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El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del neurodesarrollo que afecta la forma en que una persona se comunica, se relaciona con los demás y experimenta el mundo que le rodea. Se manifiesta desde la infancia y acompaña a la persona a lo largo de toda su vida, aunque sus características pueden cambiar con el tiempo. El término ¿espectro¿ indica que existen distintos grados y formas de presentación, desde personas que requieren apoyos muy intensos hasta otras con alto nivel de autonomía.[...]

Síntomas más comunes

Aunque cada persona con TEA es única, suelen presentarse dificultades en dos áreas principales:

1. Comunicación e interacción social

  • Dificultad para establecer contacto visual.

  • Problemas para mantener conversaciones recíprocas.

  • Escaso uso de gestos, expresiones faciales o lenguaje corporal.

  • Dificultad para comprender normas sociales no explícitas.

2. Comportamientos, intereses o actividades repetitivos

  • Movimientos repetitivos (aletear, girar, balancearse).

  • Intereses muy intensos o restringidos (por ejemplo, fijación por un tema).

  • Necesidad de rutinas o resistencia al cambio.

  • Reacciones inusuales a estímulos sensoriales (luces, sonidos, texturas…).


Importante: Algunos signos pueden ser visibles en el primer año de vida, pero otros se manifiestan más claramente entre los 2 y 4 años. En niñas y mujeres, el diagnóstico puede ser más tardío por una mayor habilidad para enmascarar síntomas.

Diagnóstico

El diagnóstico del TEA es clínico y se basa en la observación del desarrollo y comportamiento, junto con entrevistas a la familia. No existe una prueba médica única para detectarlo.

Los profesionales implicados pueden incluir:

  • Pediatra de Atención Primaria.

  • Neuropediatra o psiquiatra infantil.

  • Psicólogo/a clínico o neuropsicólogo/a.

  • Equipo de orientación educativa en la escuela.

Se pueden utilizar herramientas estandarizadas como:

  • ADI-R (Entrevista Diagnóstica para el Autismo).

  • ADOS-2 (Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo).

El diagnóstico temprano permite acceder antes a los apoyos necesarios y mejorar el desarrollo global del niño o la niña.

Tratamiento

El TEA no tiene cura, pero el tratamiento precoz e individualizado mejora significativamente la calidad de vida. El enfoque es multidisciplinar y puede incluir:

  • Intervención psicoeducativa (por ejemplo, modelos como TEACCH o ABA).

  • Logopedia para mejorar el lenguaje y la comunicación.

  • Terapia ocupacional y/o fisioterapia para trabajar habilidades motoras o sensoriales.

  • Apoyo psicológico para gestionar la ansiedad, frustración o habilidades sociales.

  • Ajustes educativos en el entorno escolar.

  • En algunos casos, medicación para tratar síntomas asociados como hiperactividad, ansiedad o alteraciones del sueño (nunca para "curar" el autismo).

Manejo cotidiano y apoyo familiar

Convivir con una persona con TEA puede suponer grandes retos para las familias, pero también una oportunidad de crecer en empatía, creatividad y resiliencia.

Recomendaciones para las familias:

  • Solicitar orientación profesional desde el diagnóstico.

  • Establecer rutinas estructuradas y previsibles.

  • Usar apoyos visuales para anticipar cambios o actividades.

  • Cuidar la salud mental de toda la familia.

  • Participar en asociaciones y redes de apoyo mutuo.

Recomendaciones para la ciudadanía:

  • Evita juzgar conductas diferentes. El comportamiento de una persona con TEA responde a su forma particular de procesar el entorno.

  • Pregunta con respeto y ofrece ayuda si ves que alguien está en dificultad.

  • Favorece entornos accesibles e inclusivos (en el comercio, en el ocio, en la escuela…).

¿Dónde acudir en Castilla y León?

El conocimiento sobre el TEA es la base para construir una sociedad más justa e inclusiva, donde todas las personas, independientemente de sus capacidades, tengan un lugar, una voz y las oportunidades que merecen.