El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad crónica capaz de afectar prácticamente a todos los órganos del cuerpo.

La nefritis lúpica es el nombre que recibe la afectación del riñón más característica y frecuente en el lupus eritematoso sistémico (LES).

Se presenta en casi la mitad de los pacientes con LES, y suele hacerlo en los primeros años tras el inicio de la enfermedad, o incluso puede ser su primera manifestación. Como en otras manifestaciones del LES, el sistema inmune, encargado de defendernos de las agresiones externas e internas, falla en su función y es el responsable de la nefritis lúpica.

Aunque en las fases iniciales puede ser asintomática, los pacientes con nefritis lúpica pueden presentan malestar general, fiebre, hinchazón, disminución de la cantidad de orina, aumento de la tensión arterial y alteraciones en los análisis de sangre y orina, destacando la anemia, el aumento de la creatinina, la presencia de anticuerpos anti-DNA de doble cadena, disminución del complemento en sangre y presencia de proteínas y glóbulos blancos y rojos en orina, junto con otras alteraciones comunes al conjunto de pacientes con LES. En algunos casos hay mayor riesgo de trombosis.

Si se sospecha que un paciente con LES puede tener también un brote (episodio agudo) de nefritis, debe practicarse una prueba, denominada biopsia renal, que permite aclarar la naturaleza de la lesión. También se descartan con este procedimiento otras alteraciones renales que no son nefritis lúpica en sentido estricto.

Existen distintos instrumentos que se utilizan para medir la actividad general del LES y también la actividad renal, que se apoyan, en el caso de la nefritis, especialmente en los datos de la biopsia renal. Las lesiones activas que se pueden observar en la nefritis lúpica son reversibles, de forma que con el tratamiento adecuado y precoz pueden ser resueltas sin dejar secuelas relevantes.

La nefritis lúpica suele ser una complicación grave del LES y supone riesgo de disminución o anulación de la función de los riñones, así como mayor mortalidad de la que tiene el grupo general de pacientes con LES. A lo largo del tiempo, los pacientes con nefritis lúpica pueden presentar lesiones crónicas, permanentes, derivadas del LES o de los tratamientos que se emplean para su control, lo que también puede medirse con los instrumentos adecuados. Los datos de cronicidad que pueden verse en la biopsia renal aportan una información valiosa para la toma de decisiones respecto al tratamiento.

En la actualidad disponemos de fármacos eficaces frente a la nefritis lúpica. Todos los medicamentos que se emplean actúan controlando la respuesta del sistema inmune, unos de forma más o menos específica (antipalúdicos, glucocorticoides, inmunosupresores) y otros (fármacos biológicos y pequeñas moléculas) dirigidos frente a alguna diana concreta de dicho sistema inmune.

En las pautas habituales de tratamiento, se combinan dos o más — 20 — de ellos. Estos tratamientos suelen ser eficaces para controlar la función del sistema inmune y la actividad de la nefritis lúpica o del LES en general. No obstante, tienen diferentes efectos adversos, entre los que destacan las infecciones, los problemas cardiovasculares, la osteoporosis y las neoplasias, fundamentalmente.



La nefritis lúpica es el nombre que recibe la afectación del riñón más característica y frecuente en el lupus eritematoso sistémico. Se presenta en casi la mitad de los pacientes con LES, y suele hacerlo en los primeros años tras el inicio de la enfermedad, o incluso puede ser su primera manifestación.


Si se diera el caso de que el riñón dejara de funcionar, por haberse producido una pérdida mayor del 85% de su capacidad habitual, el paciente se maneja con un procedimiento denominado diálisis y, eventualmente, lo que se considera más deseable actualmente, recibir un trasplante de un riñón funcionante de un donante, fallecido o vivo.

En su conjunto, como se ha dicho, el LES y la nefritis lúpica son procesos crónicos, que se mantienen durante años y que suponen discapacidad y peor calidad de vida relacionada y no relacionada con la salud, especialmente en situaciones de actividad del proceso.