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La quinta reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (2005) (RSI) sobre el brote de viruela del mono en varios países celebrada el pasado 10 de mayo del 2023 constató la reducción significativa de la incidencia y la ausencia de cambios en la gravedad y la manifestación clínica de la enfermedad. Por ello, la OMS declaró el fin de la emergencia sanitaria internacional por MPOX.

El Ministerio de Sanidad invita a potenciar la vacunación frente a la Viruela del Mono (MPOX) para prevenir la enfermedad, especialmente a las personas puedan tener mayor riesgo de contraerla. Sanidad sigue las recomendaciones del organismo internacional de no bajar la guardia y mantener el esfuerzo para el manejo a largo plazo de la enfermedad.

La viruela de los monos, también llamada viruela del simio o símica (Monkeypox en inglés, MPX) es una enfermedad zoonótica viral poco frecuente, autolimitada y generalmente leve.

La principal vía de transmisión es el contacto físico estrecho con las lesiones y costras en la piel y los fluidos corporales, como el que se produce durante las relaciones sexuales.

Otras vías de transmisión menos frecuentes:

  • Gotas respiratorias como las expulsadas al hablar, toser, estornudar... durante el contacto cara a cara directo y prolongado con una persona infectada.
  • Compartir material que haya estado en contacto con sangre o fluidos infectados.
  • A través del contacto con objetos contaminados como ropa de cama, toallas, prendas de vestir...

Este riesgo aumenta cuando hay varias personas involucradas en los contactos estrechos, con parejas sexuales y/o en entornos donde no se puede apreciar bien la existencia de lesiones, o donde la percepción del riesgo pueda estar alterada, por ejemplo, el uso de drogas.

El periodo de incubación oscila entre los 5 y 21 días.

Los casos graves son más frecuentes entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas, y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

Los síntomas clásicos iniciales suelen ser: fiebre, cefalea, artralgias, linfadenopatías y astenia.

Posteriormente aparecen erupciones, manchas, úlceras o ampollas en cualquier parte del cuerpo, aunque suele aparecer en el área genital si la transmisión ha sido por relaciones sexuales.

El virus se puede transmitir a otra persona mientras duren las lesiones cutáneas.



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