Las picaduras de avispas y abejas aumentan en los meses cálidos, cuando se hace más vida al aire libre y estos insectos están más activos. Las reacciones suelen ser locales, con picor, enrojecimiento e inflamación de la zona donde pica el insecto. En ocasiones se producen reacciones alérgicas más amplias, que producen áreas de inflamación extensas (mayor de 10 cm. de diámetro) y pueden requerir tratamiento con medicamentos. Y finalmente, en algunos casos poco frecuentes, se producen reacciones a distancia del lugar de la picadura, dificultad para respirar, mareo o síntomas digestivos, lo que constituye una reacción alérgica generalizada grave o anafilaxia, que requiere atención urgente. Las personas con antecedentes de reacciones de anafilaxia deben llevar consigo y tener conocimiento de la auto-administración de adrenalina, que es el tratamiento de emergencia en estas situaciones.

Consulta la INFOGRAFÍA realizada por el Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC