Los trabajadores expuestos al amianto presentan un riesgo de cáncer de pulmón cinco veces mayor al de los no expuestos, pero el riesgo para los trabajadores expuestos al amianto, que además fuman, se multiplica por cincuenta. Así pues, el consumo de tabaco y la exposición al amianto se suman para provocar cáncer de pulmón, multiplicando el riesgo propio de cada factor por separado.

La exposición al amianto es muy peligrosa y puede conducir al desarrollo de graves enfermedades. La combinación de tabaco y asbesto crea un riesgo mucho mayor para el desarrollo de mesotelioma y otros tipos de cánceres.

Los cigarrillos tienen muchas sustancias químicas nocivas que dañan los pulmones y se pueden considerar una de las principales causas de cáncer.

Las personas que fuman y han estado expuestos al asbesto tienen mayor probabilidad de padecer EPOC que las personas que no han estado expuestas al amianto.

Los programas de vigilancia de la salud de trabajadores expuestos a amianto ofrecen una buena ocasión para el estudio del hábito tabáquico y para practicar el consejo antitabáquico, en el caso del amianto es incuestionable debido a la sinergia que ejerce el tabaco para la aparición de efectos nocivos relacionados con la exposición laboral a esta sustancia.