Los productos químicos contribuyen a incrementar nuestros niveles de bienestar. Tintes, pinturas, detergentes, insecticidas, sólo por poner algunos ejemplos, nos han hecho la vida mucho más fácil permitiendo la realización de tareas que de otra forma hubiesen sido casi imposibles de realizar.

Sin embargo, el empleo de determinado tipo de productos químicos conlleva ciertos peligros que es necesario conocer con el fin de minimizar el riesgo asociado al uso o exposición a los mismos.

La etiqueta constituye el único medio de información que el público en general tiene para conocer el peligro asociado a un determinado producto químico. Elementos de esa etiqueta como los pictogramas, la palabra de advertencia, las indicaciones de peligro y consejos de prudencia nos dan una información fidedigna de la peligrosidad del producto y de las medidas a adoptar para evitar riesgos innecesarios.