Las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad cerebrovascular ("ictus") son causas frecuentes de morbimortalidad y pérdida de calidad de vida en la población actual, sin embargo, son patologías prevenibles.

Mejorar el acceso a la información y la educación sanitaria de la población son factores que contribuyen a reducir el riesgo cardiovascular de la población. La prevención puede desarrollarse con diferentes enfoques, todos ellos complementarios: desde el mantenimiento de estilos de vida saludables, al conocimiento y control de los factores de riesgo cardiovascular y el diagnóstico precoz de los signos y síntomas de alarma.

Los hábitos de vida saludables relacionados con la dieta, la actividad física, el mantenimiento del peso adecuado, el abandono del tabaco y la reducción del estrés, son constantes en el abordaje de la prevención y control de los factores de riesgo cardiovascular.