La mayoría se producen por ingestión de medicamentos o productos de limpieza. También hay que tener en cuenta otros productos: fitosanitarios (insecticidas, abonos, plaguicidas), drogas, alimentos en mal estado, hidrocarburos y cáusticos.

Las intoxicaciones por gases también pueden producir situaciones graves en los niños, sobre todo las provocadas por monóxido de carbono (en el hogar es causado por la mala combustión de los braseros de leña y carbón, que no deben usarse nunca) y por gas butano.

De los medicamentos, las intoxicaciones más frecuentes son las producidas por aspirina, paracetamol y barbitúricos.

En las intoxicaciones por hidrocarburos (aguarrás, gasolina, keroseno, disolventes de barnices) la absorción dependerá de la cantidad de producto tomado por el niño, que generalmente es poca debido al mal sabor, siendo también un riesgo que aparezca una neumonía por aspiración. Las intoxicaciones por cáusticos (lejía, amoniaco, agua fuerte) producen quemaduras en la boca y en la garganta.

Cómo prevenir

• Mantener siempre los medicamentos bajo llave y fuera del alcance de los niños.
• Los productos de limpieza siempre deben estar en su envase original y con su etiqueta de identificación y siempre fuera del alcance de los niños. No dejarlos en la parte baja del fregadero.
• Tener a mano el teléfono del Centro de Toxicología: 91 / 56 20 420

Cómo actuar

Si se encuentra al niño en el momento de tomar los medicamentos, se le darán uno o dos vasos de agua y se intentará provocar el vómito.

Si se encuentra al niño inconsciente NO se le dará agua y NO se intentará provocar el vómito. Se le trasladará rápidamente a un centro de urgencias, llevando SIEMPRE el producto que se sospecha ha ingerido.

En las intoxicaciones por hidrocarburos o cáusticos NO se deberá, en ningún caso, provocar el vómito y el niño deberá ser trasladado a un centro de urgencias.