Los controles de salud son las revisiones periódicas que se hacen al niño con el fin de prevenir la aparición de enfermedades y detectar precozmente signos previos de alguna enfermedad y anomalías que pudieran aparecer. Hay enfermedades que, al principio pueden dar pocos síntomas y, cuando se manifiestan claramente, están más evolucionadas y su tratamiento es más complicado.

Los controles de salud se hacen al niño desde el nacimiento hasta los catorce años y puede haber variaciones respecto a la periodicidad y contenido de los mismos. En general, cuánto más pequeño es el niño, con mayor frecuencia se realizan.

Los controles de salud los llevan a cabo el pediatra y la enfermera y anotan los resultados del estado y la evolución del niño en la Historia Clínica y en el "Documento de Salud Infantil".

¿Qué se hace en los controles de salud?

  • Vigilar si es adecuado el crecimiento y desarrollo físico y psíquico del niño. Se controlan y registran el peso, la talla y el perímetro cefálico, que indicarán si la nutrición y crecimiento son correctos; y unas habilidades (sonrisa, sentarse, andar, hablar, etc.) que el niño irá adquiriendo de manera progresiva y que valoran su desarrollo psicomotor.
  • Aconsejar y vigilar una adecuada alimentación. Para evitar problemas en la nutrición se aconseja la lactancia materna como leche idónea de la alimentación del niño. Se informa sobre la introducción de la alimentación complementaria, alimentos idóneos en cada edad y preparación de los mismos.
  • Realizar la detección y tratamiento precoz de anomalías (trastornos de la visión, audición, problemas ortopédicos, bucodentales, etc.).
  • Diagnosticar y tratar las enfermedades del niño, derivando a otros niveles sanitarios cuando proceda.
  • Prevenir patologías que son frecuentes en la infancia, como las enfermedades infecciosas, que se pueden evitar mediante vacunaciones; los accidentes, que se pueden prevenir siguiendo las recomendaciones de seguridad adecuadas; o la caries, que puede prevenirse con unas normas de higiene y alimentación correctas.
  • Fomentar la adquisición y mantenimiento de actitudes, conocimientos y hábitos sanos (alimentación, ejercicio, higiene, etc.) y corregir los factores de riesgo desencadenantes de enfermedades del adulto.
  • Aconsejar y orientar a los padres sobre la salud mental infantil y los problemas de comportamiento.