DOPAJE

El Comité Olímpico Internacional (COI) define como dopaje, ¿al acto de ingerir sustancias prohibidas. Además, el dopaje es la administración o uso de sustancias de cualquier forma ajenas al cuerpo humano o de sustancias fisiológicas en cantidades anormales y con métodos anormales por personas sanas con el propósito exclusivo de obtener un aumento artificial e injusto del rendimiento en la competición¿.


Esteroides anabolizantes

Algunos deportistas emplean los esteroides anabolizantes androgénicos (EAA) para mejorar su rendimiento y para conseguir mejores marcas. Los EAA se usan también para aliviar la presión y el posible dolor asociados a los programas de entrenamiento intensivos y físicamente exigentes.

En general, los deportistas que consumen EAA son los que compiten en disciplinas que exigen potencia, fuerza, tamaño y velocidad musculares (halterofilia, atletismo, natación, hockey sobre hielo, etc.), alegando que aumentan la confianza en uno mismo, elevan el umbral del dolor y la alerta mental y reducen la sensación de fatiga.
Pero sus consecuencias son negativas y peligrosas. En diversos estudios se ha llegado a la conclusión de que los EAA pueden causar depresión, cambios psicológicos y del comportamiento, como aumento de la agresividad y la irritabilidad., síndromes afectivos psicóticos, trastornos del sueño, anorexia, retraso psicomotor, alucinaciones visuales y auditivas, confusión, ansiedad crónica y agorafobia moderada en los deportistas.

Otros efectos físicos son dolor de espalda, atrofia testicular, caída del pelo, alteraciones visuales, hipertensión y soplos cardiacos. Los EAA pueden causar comportamientos aditivos típicos en algunos usuarios, y producir dependencia psicológica en otros. Suponen un peligro no sólo para los consumidores, sino también para la población general, ya que aumentan el riesgo de comportamiento violento antisocial.

Habida cuenta de los efectos perjudiciales del consumo de EAA en el organismo humano, la Sociedad Internacional de Psicología del Deporte (ISSP) respalda la prohibición del uso de EAA por los deportistas. Los deportistas que ingieren sustancias prohibidas engañan al obtener una ventaja competitiva injusta.

Más allá de los aspectos éticos, el uso de EAA es peligroso en potencia, tanto psicológica como físicamente, y no debe formar parte del deporte ni de la actividad física. Un número cada vez mayor de publicaciones médicas indica que el consumo prolongado de EAA puede reducir la calidad y la duración de la vida. En consecuencia, la ISSP recomienda que se adopten
todas las medidas preventivas posibles para erradicar el uso de EAA en el deporte y la actividad física en todo el mundo.

Dopaje Sanguíneo (Transfusión o EPO)

Consiste en aumentar la masa de glóbulos rojos o células rojas sanguíneas (RBC) para mejorar el rendimiento en el ejercicio. La RBC tiene influencia sobre el rendimiento en el ejercicio porque lleva oxígeno al músculo esquelético y ayuda a mantener el equilibrio ácido-base. Un modesto aumento (5%) de la masa de RBC se cree que es una adaptación al entrenamiento de resistencia que tarda varios meses en ocurrir. Sin embargo, algunos deportistas han elegido aumentar artificialmente su masa de RBC trasfundiendo RBC previamente almacenado o tomando la droga eritropoyetina (EPO), que estimula la producción de RBC. La investigación ha mostrado que la masa de RBC incrementada artificialmente puede mejorar la capacidad de una persona para realizar ejercicio de resistencia y de tolerar algunos ambientes extremos (calor y altitud).

Inversamente, el dopaje sanguíneo se ha asociado con riesgos que pueden ser importantes y que deterioran el rendimiento deportivo. Estos riesgos conocidos aumentan por controles médicos incorrectos, así como por la interacción entre la deshidratación con el ejercicio y el estrés ambiental.

El interés de la prensa en el dopaje sanguíneo procede de su uso reconocido en deportes como carrera de fondo, ciclismo, esquí de fondo y biatlon (esquí de fondo y tiro con carabina) desde las Olimpiadas de 1972 y durante numerosos campeonatos del mundo. Aunque muchos deportistas han sido acusados de usar dopaje sanguíneo, pocos lo han confesado.

Una excepción notable fueron los miembros del equipo masculino de ciclismo de los Estados Unidos en las Olimpiadas de 1984, que confesaron haberse administrado RBC antes de la competición. Además de las medallas o enfermedades que se cree que han resultado de este dopaje sanguíneo, estos deportistas han vivido con el estigma del engaño, que ha eclipsado sus realizaciones deportivas.

Recientemente la prensa ha especulado que la administración de EPO puede haber contribuido a las muertes de dieciocho ciclistas europeos. Esta sospecha se debe a: (a) el lapso de tiempo entre la aparición comercial de la EPO y los fallecimientos de los ciclistas y (b) el conocimiento de que algunos ciclistas han utilizado previamente transfusiones sanguíneas para mejorar el rendimiento, aunque no hay evidencia de que estos ciclistas estuvieran bajo la influencia de la EPO y los detalles de sus muertes no han aparecido en la literatura médica.

El Comité Olímpico Internacional ha prohibido el dopaje sanguíneo (transfusión de hematíes y administración de eritropoyetina) como ayuda ergogénica (procedimiento o agente que proporciona al deportista un margen de competición más allá del que se obtiene por los métodos de entrenamiento normales)