El niño aprende una conducta en función de los antecedentes y de sus consecuencias. Cuando a un comportamiento del tipo de "comer bien", "comer todo" o "recoger el cuarto" le sigue una consecuencia agradable como un elogio, este comportamiento se repetirá en el futuro. La atención prestada por los adultos es un poderoso reforzador que aumenta y consolida las conductas. La ausencia de consecuencias agradables después de una conducta adecuada debilita y disminuye los comportamientos.

A veces el niño manifiesta un comportamiento inadecuado como rabietas, desobediencias u otros sólo en determinadas circunstancias.

El castigo es una forma de reducir o debilitar determinadas conductas, pero sólo es eficaz si:

  • Se aplica siempre que se dé la conducta inadecuada.
  • Se aplica inmediatamente después de la conducta inadecuada.
  • El niño sabe porqué se aplica, sin que ello suponga sermonearle.
  • Es adecuado y corto.
  • Después de castigarle no se le consuela, se le coge o compadece, porque se anulan los efectos del castigo.

El castigo tiene varios inconvenientes:

  • Puede ocasionar al niño daños físicos.
  • El niño puede pensar que no le quieren, que no es hábil o que es un desastre.
  • Produce agresividad en el castigado.
  • Desaparece la conducta en poco tiempo y en presencia de la persona que castiga.
  • Puede provocar que el niño evite o escape de la persona que le castiga, tenderá a distanciarse y las relaciones serán poco cordiales. Como consecuencia, los refuerzos o elogios que partan de esa persona perderán eficacia.
  • El niño aprende a castigar, ya que el castigo enseña al niño que la agresión está permitida con tal de que el agresor sea mayor y más fuerte que la víctima.
  • Puede actuar como refuerzo de la conducta que se quiere eliminar en la medida que el niño recibe atención del adulto y del medio social a través del castigo.

Por tanto, el castigo se utilizará como último recurso y siempre en combinación con el refuerzo de una conducta alternativa. En lugar del castigo existen métodos más eficaces y fáciles de aplicar para eliminar comportamientos inadecuados, como el refuerzo de la conducta adecuada e ignorar y evitar que obtenga consecuencias la conducta inadecuada.