El logotipo de los Equipos de Atención Integral al enfermo (y a su familia) en el tramo final de la vida son dos manos entrelazadas.

Manos que hablan de humanizar, de juntar voluntades cuando las soluciones médicas dejan paso al «compromiso con la parte más emocional de los pacientes y sus familias».

Dos años largos lleva comprometida con esta labor la joven psicóloga de los Equipos de Atención Psicosocial (EAPS) Cristina Catalina.

En lenguaje directo lo llamamos Cuidados Paliativos. Y equipos como el de Cristina en el Hospital Río Hortega se acercan a las familias para mostrarles que, cuando se acaban las medicinas, queda la más básica. Estar con los que sufren.

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