24/07/2019

El 30 de agosto de 2018 se publicó en el Portal del Medicamento la noticia "Alerta de inhibidores SGLT2: Gangrena de Fournier" tras la notificación a la U.S. Food and Drug Administration (FDA) de varios casos de esta infección asociados al uso de iSGLT2 (canaglifozina, dapaglifozina, empaglifozina y ertuglifozina). Con relación a esta alerta se ha publicado recientemente una revisión descriptiva de los casos identificados por este organismo entre el 1 de marzo de 2013 y el 31 de enero de 2019 (Bersoff-Matcha_2019).


La GF o fascitis necrotizante del perineo es una emergencia urológica caracterizada por una infección necrotizante rápidamente progresiva de la zona perineal. Se trata de una enfermedad poco frecuente que, aunque también se ha descrito en mujeres, presenta una incidencia global de 1,6 por 100.000 en hombres, llegando a doblarse en la población comprendida entre 50-79 años. Desde que canagliflozina recibió la autorización para su comercialización en EEUU en marzo de 2013, ya se han identificado 55 casos de GF (39 hombres, 16 mujeres) en pacientes en tratamiento con iSGLT2. La mediana de edad fue de 56 años (33-87 años). El tiempo medio hasta la aparición del evento fue de 9 meses (4 días – 49 meses) desde el inicio del tratamiento con estos fármacos. Todos los casos fueron hospitalizados y recibieron desbridamiento quirúrgico; 3 de ellos fallecieron. Al menos 31 pacientes estaban tratados con otro hipoglucemiante en asociación, 3 lo tomaban en monoterapia y en el resto se desconoce si tenían tratamiento antidiabético concomitante. No se detectaron casos con ertuglifozina, posiblemente por su reciente comercialización.


Estudios previos describen la diabetes como un factor de riesgo mayor para el desarrollo de GF. Sin embargo, por comparación, los autores identificaron 19 casos (12 hombres, 7 mujeres) durante 35 años en pacientes en tratamiento con otros antidiabéticos. El desglose por agente es: 8 casos con metformina, 6 con insulina glargina, 2 con insulina rápida, 2 con sitagliptina+metformina y 1 con dulaglutida. Las edades estaban comprendidas en el rango 42-79 años. Hubo 2 casos de fatalidad.


Se desconoce el mecanismo exacto por el cual los iSGLT2 pueden favorecer la aparición de esta enfermedad. La glucosuria producida por estos fármacos se asocia con un incremento de infecciones del tracto urinario y urogenital, pudiendo ser condicionante para su aparición. Por otra parte, también puede contribuir la disfunción endotelial de pequeñas arterias subcutáneas que ocurre en la GF, similar a la que se manifiesta en pacientes con diabetes, y que se asocia a amputaciones de miembros.


El estudio publicado presenta varias limitaciones, ya que se trata de notificaciones espontáneas de sospechas de reacciones adversas realizadas por profesionales sanitarios y por pacientes. En ausencia de grupo control no se puede establecer la causalidad. Los casos de GF se pueden interpretar por los profesionales sanitarios como eventos asociados a la diabetes y no como problemas relacionados con los iSGLT2, lo que conlleva una infranotificación de posibles reacciones adversas de este grupo farmacológico.


La morbimortalidad en pacientes diabéticos con GF es elevada. El factor crítico a la hora de prevenir complicaciones es la detección temprana, por lo que los profesionales que prescriben iSGLT2 deben estar familiarizados con la sintomatología asociada a la GF, con el fin de evitar su rápida progresión.