2/01/2018
Fuente: Revista Pediatría Atención Primaria

La Revista Pediatría Atención PrimariaEste enlace se abrirá en una ventana nueva ha publicado, en su número de noviembre, un artículo que analiza el impacto de la utilización del test rápido de detección de antígeno estreptocócico sobre la prescripción de antibióticos en niños.


Se trata de un estudio observacional, de cohortes retrospectivo, realizado a partir de los registros clínicos informatizados de 10 cupos de pediatría de centros de salud de la provincia de Zaragoza (España) en los años 2012 y 2013. Se hace una valoración del tratamiento antibiótico y de las complicaciones en el mes siguiente al episodio de faringoamigdalitis, comparando los episodios en los que se realizó test rápido de detección de antígeno estreptocócico (TRDA), con los que no se realizó esta prueba.


De 17.455 episodios registrados, se seleccionaron 851 que cumplían los criterios de inclusión (tres o cuatro criterios de la escala Centor: fiebre > 38 °C, exudado amigdalar, adenopatías subangulomandibulares protuyentes y ausencia de tos. En los episodios en los que se realizaron test rápidos de detección de antígeno, la reducción en la prescripción antibiótica fue del 42%. Comparando el abordaje entre los pediatras que disponían y utilizaban el test con los que no, la reducción absoluta de riesgo fue del 29% (IC 95: 24 a 34; p < 0,001).


Tabla comparación utilización antibióticoImagen en alta resolución. Este enlace se abrirá mediante lightbox, puede haber un cambio de contextoTabla comparación utilización antibiótico


Se presentaron complicaciones infecciosas en el 12% de los tratados y en el 8% de los no tratados (RR=1,49; IC 95: 0,88 a 2,52; p=0,178). Se prescribió significativamente más penicilina V que amoxicilina cuando se realizó el test diagnóstico (RR=1,30; IC 95: 1,10 a 1,55; p=0,004).


Por lo general, en niños con faringoamigdalitis en los que no se utilizan estas pruebas diagnósticas, la tendencia a la prescripción de antibióticos es elevada (70-90% de los casos), a pesar que la incidencia de etiología bacteriana en esta población es de aproximadamente un 35%.


Los TRDA en faringoamigdalitis permiten precisar el diagnóstico y han demostrado efectividad para mejorar la adecuación terapéutica. Aún con la limitación de no distinguir entre el estado de portador y el de paciente enfermo (tampoco lo hace el cultivo tradicional), se ha estimado que un resultado positivo en pacientes con tres criterios Centor puede ofrecer una probabilidad de acierto elevada (en torno 96%).


El estudio confirma que, en la práctica clínica en Atención Primaria, el uso de TRDA supone una importante reducción en la prescripción de antibióticos en los procesos de faringoamigdalitis pediátrica. Esta mejor adecuación en el abordaje de la faringoamigdalitis pediátrica, permite disminuir costes directos y previene la aparición de resistencias, principalmente a otras bacterias que tan frecuentemente colonizan la nasofaringe de los niños y que son sometidas a presión antibiótica en cada tratamiento. Además, parece que la no realización de tratamiento antibiótico no deriva en incremento de complicaciones de tipo infeccioso inmediatas al episodio.