21/09/2016

La conservación y organización de los medicamentos en el hogar, la adherencia al tratamiento, así como la adecuada utilización y manejo de la medicación por parte de los pacientes, son imprescindibles para la eficacia del tratamiento.


El papel de los profesionales de enfermería en la educación y apoyo a los pacientes para garantizar el uso adecuado de los medicamentos es fundamental, especialmente en crónicos y ancianos.


Reproducimos la publicación en el Blog del Centro de Salud Casa del Barco, de Valladolid, en la que un enfermero de atención primaria relata una experiencia que pone de relieve la importancia de la visita domiciliaria y del trabajo de enfermería:


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Los cuartos del sintromEste enlace se abrirá en una ventana nueva


Hoy he ido a valorar la adherencia terapéutica de una paciente a su domicilio. Es un ejercicio interesante pedirles que te cuenten lo que toman y cómo lo toman con el cajón de las medicinas en directo.


El tratamiento, en este caso, es bastante sencillo: Acenocumarol de 4 mg según pauta de hematología, un betabloqueante para frenar la fibrilación auricular y loprazolam 1 mg para dormir.


Pero más sencilla es ella. 89 años, independiente (Barthel 100), sin deterioro cognitivo y sin mucha adicción a las pastillas. El betabloqueante no lo toma (dice que le hace daño al estómago y es el cuarto tipo de betabloqueante que prueba). El loprazolam tampoco lo toma porque "me deja demasiado dormida de día".


El acenocumarol afortunadamente sí que lo toma. Para hacer las dosis, lo parte con tijeras y lo guarda en una bonita cajita de plata.pastilleropastillero


Interrogada sobre cómo diferencia medio comprimido de un cuarto, lo tiene bastante claro. Los que tienen un ángulo de corte mayor de 90-100 grados, los identifica como medio; cuando es de 90 grados o menor, es un cuarto. ¿Y los trocitos que quedan? le pregunto. Juntando varios hago un cuarto o medio, me dice.


Hemos trabajado el tema de cómo partir las pastillas con un cuchillo de golpe seco en las ranuras (sin sacarlas del envase para que no vuelen).


Las preguntas que quedan son las habituales en este caso: ¿Habría que enseñar a los pacientes cómo partir pastillas? ¿Debemos evitar usar pastillas que deben partirse? ¿Tendríamos que usar siempre la presentación de 1 mg del acenocumarol?




Comentario elaborado por: Alberto Alonso Gómez