Como en otras enfermedades cardiacas, si padece insuficiencia cardiaca pueden plantearle que participe en un programa de rehabilitación.


Las sesiones de rehabilitación incluyen ejercicio físico, educación sanitaria, y sesiones de apoyo personal y emocional. La duración de estos programas suele ser de varias semanas, pero después el paciente debe ser capaz de mantener, por su cuenta, y siguiendo las indicaciones que haya recibido, tanto una actividad física diaria como los consejos para su propio autocuidado. El objetivo de la rehabilitación es fortalecer el funcionamiento del corazón, aumentar la seguridad del paciente y enseñarle a cuidarse para evitar que la insuficiencia cardiaca avance.


Es posible controlar y evitar muchos de los factores de riesgo de la insuficiencia cardiaca y de sus potenciales complicaciones, ya sea, mediante la modificación de los estilos de vida (dieta saludable, actividad física, no fumar...),, o si la insuficiencia ya está diagnosticada añadiendo los tratamientos que estén indicados. Hay personas que plantean que los consejos para modificar los estilos de vida son comunes a muchas enfermedades; la realidad es que seguir un estilo de vida saludable no va dirigido a prevenir una sola enfermedad, sino a conseguir un estado saludable

general.