El mejor tratamiento en caso de sospecha de EPOC en una persona fumadora es dejar de fumar. Abandonar el tabaco puede suponer detener el avance de una EPOC incipiente. Si ha decidido dejar de fumar cuente con su médico de familia o enfermera, le aconsejarán sobre la mejor manera de hacerlo o le orientarán a un centro de apoyo.


Cuando la EPOC está establecida su médico le indicará el tratamiento que debe seguir. Muchas veces le recetará una combinación de fármacos, cada uno de ellos con una función. Algunos se administrarán por vía oral y otros en forma de inhalaciones. Incluso puede que en determinados momentos tenga que ponerse oxígeno durante un número de horas al día. Si tiene dudas pregunte a su médico pero no abandone un tratamiento para la EPOC por su cuenta.


Un paciente con EPOC con un tratamiento ajustado puede mantenerse estabilizado durante mucho tiempo. Implíquese con su salud e infórmese de lo que debe hacer para contribuir a mantenerse estable. Si padece EPOC, nadie mejor que usted contando con la colaboración y el seguimiento del personal sanitario de su centro de salud, puede evitar que se produzcan alteraciones en su estado que le obliguen a ingresar en el hospital por agravamiento de la enfermedad.