Se trata de una muestra de pinturas y esculturas realizadas por estudiantes de primer ciclo de la Facultad de Bellas Artes de la USAL, que estará ubicada en el vestíbulo del Hospital Universitario de Salamanca hasta el 15 de diciembre. El proyecto se sitúa en el punto de inflexión entre dos realidades: el edificio antiguo, hoy derruido, y la nueva construcción que redefine su presencia en el entorno urbano.
Salamanca, 28 de noviembre de 2025. El Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA) continúa con los actos de celebración del 50º Aniversario del Hospital Clínico Universitario de Salamanca con la presentación de la exposición "La arquitectura como huella temporal: reflexión plástica sobre el Hospital Universitario de Salamanca", realizada por estudiantes de primer ciclo de las asignaturas de Pintura y Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca. La muestra, que se podrá ver hasta el 15 de diciembre en el pasillo central del hall del Hospital de Salamanca, está formada por 41 cuadros y por 12 esculturas.
A las 10:30 h., la directora gerente del CAUSA, Carmen Rodríguez Pajares, ha presentado esta acción junto con Aquilino González Barrio y Juan Sebastián González, comisarios de la exposición y profesores de las áreas de Escultura y Pintura de la Facultad de Bellas Artes. El proyecto se sitúa en el punto de inflexión entre dos realidades: el edificio antiguo, hoy derruido, y la nueva construcción que redefine su presencia en el entorno urbano.
Desde esta perspectiva, las obras buscan establecer un diálogo entre la arquitectura pasada y la contemporánea, entendiendo el proceso de demolición y reconstrucción como una metáfora de los ciclos de la memoria: aquello que desaparece físicamente, pero persiste simbólicamente en el espacio y en la experiencia colectiva.
Se pidió a los alumnos en clase que realizasen un análisis de la arquitectura como depositaria de memoria. Un juego de representaciones internas y externas. Con el antiguo Hospital Clínico representando un conjunto de relaciones humanas, recorridos, sonidos y atmósferas que definían un modo de habitar. Y con el nuevo edificio, en contraste, encarnando una renovación del lenguaje arquitectónico y tecnológico, pero también una ruptura con esa memoria espacial. Las obras pretenden situarse en ese espacio liminal entre la ruina y la renovación, evidenciando las continuidades invisibles entre ambas etapas.
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