9/01/2019
Fuente: SEMFYC

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) ha publicado el documento Orientación comunitaria: hacer y no hacer en Atención PrimariaEste enlace se abrirá en una ventana nueva. Este trabajo parte de un análisis inicial del grupo del Programa de Actividades Comunitarias en Atención Primaria (AP) de la Sociedad Madrileña de Medicina Familiar y Comunitaria- PACAP SoMaMFyC- al que se suma la red del PACAP, creada con la pretensión de promover las actividades comunitarias en el ámbito de la AP, y cuyo objetivo consiste en ser un documento vivo para el desarrollo de la atención comunitaria a través de sus recomendaciones.


Orientación comunitaria: hacer en Atención Primaria


1. Compromiso por la salud. Acción de abogacía por la salud:

Tener presente y defender la salud como derecho fundamental de las personas. La Carta de Ottawa identifica tres estrategias básicas para la promoción de la salud:

  • Realizar abogacía por la salud: es llevar a cabo una combinación de acciones individuales y sociales con el fin de crear condiciones y estilos de vida saludables.
  • Facilitar que todas las personas puedan desarrollar su completo potencial de salud.
  • Mediar a favor de la salud entre los distintos intereses encontrados en la sociedad.

Esta estrategia debe comprender a 3 componentes pertenecientes de la comunidad (con capacidad decisora, técnica o profesional y a la población en sí, teniendo en cuenta sus necesidades y fortalezas).

2. Abordar de forma integral los problemas en la atención:

Incorporar el contexto y el abordaje integral en la atención. El contexto engloba la patología, la enfermedad, la persona y el medio ambiente. Los autores proponen una serie de recursos para este abordaje en la vida diaria:

  • Sistematizar preguntas del ámbito psicosocial
  • Registrar los códigos Z (códigos diagnósticos de la Clasificación Internacional de Atención Primaria (ClAP) para referirnos a «factores que influyen en el estado de salud»
  • Orientar los problemas individuales como colectivos, fomentando la escucha, la formación, la orientación profesional y la realización de un estudio previo a cualquier intervención comunitaria para posteriormente poder implantarla y evaluarla.
  • Dar confianza y realizar un seguimiento.

3. Promover el empoderamiento y la participación de las personas en la práctica profesional:

Trabajar y colaborar en la comunidad. El empoderamiento conlleva un crecimiento de las capacidades, aporta confianza y fomenta aspectos positivos de las experiencias. La participación ciudadana es un proceso en el que diferentes agentes de la comunidad deben contribuir en el análisis, diseño, desarrollo y evaluación de las intervenciones en salud mediante objetivos. Para favorecer los procesos de empoderamiento y participación, se realizarán ciertas estrategias:

  • Favorecer la información y la transparencia.
  • Reconocer la capacitación de las personas, en lo personal, familiar y colectivo.
  • Reforzar la participación potenciando los derechos de la población (creación y coordinación de grupos de opinión-participación-decisión).
  • Participar en la toma de decisiones compartidas, potenciando la relación de ayuda-apoyo.

4. Apertura a la comunidad:

Un enfoque intersectorial que fomenta el trabajo conjunto y coordinado es clave en salud comunitaria.

5. Incorporar la recomendación de recursos comunitarios y activos para la salud o prescripción social:

Un activo para la salud se define como cualquier factor o recurso que potencia la capacidad de los individuos, de las comunidades y poblaciones para mantener la salud y el bienestar. Los activos pueden ser personas, asociaciones, grupos, instituciones, servicios,…. Se precisa un abordaje biopsicosocial.

6. Investigar sobre las intervenciones comunitarias:

La reflexión y análisis sobre las intervenciones comunitarias permite hacerlas más efectivas y duraderas.


Orientación comunitaria: No hacer en Atención Primaria


1. No medicalizar los malestares de la vida diaria:

Medicalizar la vida diaria quita la salud, ya que potencia el aumento de frecuentación, utilización de servicios, gasto sanitario, insatisfacción, frustración, desgaste en los profesionales y en la población. La desmedicalización debería contemplarse en los sistemas de salud como protección de la salud, y ser un objetivo fundamental de las intervenciones de promoción de la salud y salud comunitaria.

  • No medicalizar la promoción de la salud.
  • No medicalizar lo social ni socializar lo médico.

2. No culpabilizar a las personas de su estado de salud ni de su estilo de vida:

La utilización de modelos culpabilizadores frente a los reflexivos en las acciones grupales o comunitarias, de educación para la salud o promoción de la salud con escasa participación de las personas a las que se dirigen, generan menos posibilidad de cambio, transformación o empoderamiento. La empatía en la relación médico-paciente potencia la adherencia al tratamiento farmacológico y al desarrollo de actitudes más activas y responsables.

3. No creerse protagonistas de los procesos comunitarios:

El protagonismo debe ser compartido, ya que los servicios de salud no son los protagonistas, sino un recurso técnico más del soporte comunitario. El protagonismo en los procesos comunitarios contribuye a la yatrogenia y a generar conflictos con otros servicios, sectores y los ciudadanos y genera frustración al no cumplirse las expectativas esperadas sobre una base de protagonismo irreal y omnipotencia.

4. No ser paternalistas y respetar la autonomía de las personas:

El rol profesional debe ser de colaboración y apoyo, no paternalista y autoritario, mediante la relación interpersonal y teniendo en cuenta los principios de justicia, de no maleficencia la de mínimos y de beneficencia y de autonomía, la de máximos.

5. No dejar la orientación comunitaria al voluntarismo profesional:

El apoyo institucional es esencial y el reconocimiento de las actividades comunitarias como parte del abordaje integral de la salud

6. No obsesionarse con la evidencia de la eficacia de las intervenciones comunitarias:

Es más difícil aportar evidencia sobre las intervenciones comunitarias de promoción de la salud que sobre otras intervenciones sanitarias:

  • Se esperan resultados a medio- largo plazo, y no siempre son fáciles de medir.
  • Intervenciones de difícil mantenimiento, aleatorización y seguimiento.
  • Sujeto poblacional.
  • Dificultad para encontrar controles.
  • Intervenciones complejas e intersectoriales.
  • Dificultad para atribuir causalidad clara.
  • Efectividad relacionada con el contexto.
  • Cuando se realizan evaluaciones comunitarias, se publican menos.