23/03/2015
Fuente: Stroke-American Heart Association

Desde hace años, la aparición de publicaciones que sugieren una posible interacción entre los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y clopidogrel ha desencadenado la polémica sobre la relación beneficio/riesgo de esta asociación. El clopidogrel es un profármaco transformado en el hígado a su forma activa por determinados isoenzimas del citocromo P450, que a su vez, participan en el metabolismo de los IBPs. Esta interacción podría reducir la actividad antiagregante de clopidogrel y en consecuencia, aumentar el riesgo de sufrir acontecimientos cardiovasculares de tipo aterotrombótico, en particular de reinfarto o recurrencia de un Síndrome Coronario Agudo.

Ya en 2009, en el Ojo de Markov nº 17 ‘Interacciones entre clopidogrel e IBPs’ comentamos que, en base a la evidencia, los pacientes tratados con estas combinaciones podrían tener mayor incidencia de eventos cardiovasculares; sin embargo, al analizar los datos disponibles en aquel momento no encontramos diferencias relevantes entre la asociación de clopidogrel y los distintos IBPs.

Seis años después, los autores de un reciente estudioEste enlace se abrirá en una ventana nueva de cohortes (n=325.559) que compara la combinación de clopidogrel y distintos IBPs (esomeprazol, lansoprazol, omeprazol y rabeprazol) frente a clopidogrel-pantoprazol, como referencia de no interacción, han llegado a esta misma conclusión. En este estudio se observó que 1.667 pacientes (0,51%) sufrieron accidente isquémico cerebrovascular agudo (CIE-9-MC) en los 180 días tras el inicio del tratamiento combinado; lo que supuso una incidencia anual de 2,4% (IC 95% 2,3-,25). La combinación de clopidogrel con los IBPs estudiados no aumentó el riesgo de accidente isquémico cerebrovascular respecto a la combinación clopidogrel-pantoprazol.