1/06/2016
Fuente: Ophthalmology / CATT Research Group

El ensayo CATTEste enlace se abrirá en una ventana nueva, iniciado en 2008, compara la eficacia dos inhibidores del factor de crecimiento endotelial vascular (anti-VEGF) bevacizumab y ranibizumab en la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) de tipo neovascular. Los resultados obtenidos (n = 1185) a los dos años de seguimiento mostraron que la preservación de la agudeza visual era similar para ambos fármacos.


Recientemente, se han publicado los resultadosEste enlace se abrirá en una ventana nueva obtenidos tras 5 años de seguimiento de parte de la cohorte incluida inicialmente (n=914). Las variables estudiadas han sido la agudeza visual y las características morfológicas de la retina. Se obtuvieron datos de agudeza visual del 71% (647) de los pacientes vivos con un seguimiento medio de 5,5 años: en 50% de los ojos fue de 20/40 o mejor y en 20% fue de 20/200 o peor. El cambio medio en la agudeza visual fue de -3 letras desde el inicio y -11 desde los dos años.


La atrofia geográfica se presentó en un 41% de los ojos graduables, 17% fue subfóvea. Entre los 555 ojos con tomografía de coherencia óptica (TCO) de dominio espectral, el 83% presentaron fluido (61% intraretinal, 38% subretinal y 36% en epitelio pigmentario subretinal). La retina fue anormalmente delgada (<120µm) en el 36% de los ojos. El grosor total medio de la fóvea fue de 278 µm, con un descenso de 182 µm respecto al inicio y 20 µm tras los 2 primeros años.


Se ha observado que entre los 2 y 5 años, el grupo que originalmente recibió ranibizumab en el ensayo CATT perdió más agudeza visual que el grupo que recibió bevacizumab (-4 letras; p=0,008). Aun así no hubo diferencias estadísticamente significativas en agudeza visual o variables morfológicas entre fármacos o regímenes de dosificación diferentes.


Los autores concluyen que la visión ganada durante los 2 primeros años no se mantuvo a los 5 años. Sin embargo, el 50% de los ojos tuvieron buenos resultados de agudeza visual (20/40 o mayor), por lo que la terapia anti-VEGF puede considerarse un importante avance en el tratamiento a largo plazo de DMAE neovascular, si bien existe la necesidad de investigar otras alternativas.