31/08/2015
Fuente: Annals of Internal Medicine

Acaba de publicarse un estudioEste enlace se abrirá en una ventana nueva de casos-control (casos, n=10.280; controles, n=102.800), sobre la asociación entre el uso de ácido acetilsalicílico –AAS- a dosis bajas (75-150 mg) u otros antiinflamatorios no esteroideos -AINE- (grupo terapéutico M01A Antiinflamatorios y antirreumáticos no esteroideos, excepto el grupo M01AX, denominado como Otros) y riesgo de cáncer colorrectal. Se incluyeron como casos los pacientes diagnosticados por primera vez de cáncer colorrectal en el periodo entre 1994-2011, y se obtuvieron datos de consumo de estos fármacos, comorbilidades y el historial de colonoscopia. No se encontró asociación entre AAS a dosis bajas (2 o más prescripciones) y el riesgo de cáncer colorrectal, aunque sí se observó una ligera reducción con los AINE (OR: 0,94; IC95% 0,90-0,98). Cuando el tratamiento era de larga duración (5 años o más), se obtuvo una reducción de 27% de riesgo de cáncer colorrectal con AAS a dosis bajas (OR: 0,73; IC95% 0,54-0,99) y una reducción de 43% con tratamientos intensivos de inhibidores altamente selectivos de COX-2, también conocidos como coxibs (OR: 0,57; IC95% 0,44-0,74). Los autores concluyen que el uso continuado a largo plazo de AAS con dosis diarias de 75-100 mg se asoció con una reducción del riesgo de cáncer colorrectal y, sin embargo, con la administración discontinua a largo plazo no se vio esta asociación.


Sin embargo, en este estudio existen algunas limitaciones, como la exclusión de los registros de ventas libres de estos fármacos, el reducido número de usuarios de AAS a bajas dosis con alta adherencia (tan solo un 2-3% del total) que no permite la estratificación por cáncer colorrectal, la falta de variables que miden estilos de vida (actividad física y dieta) y medidas antropométricas, y no disponer de la información completa de colonoscopias realizadas en clínicas privadas. Por otro lado, el reducido número de usuarios de AAS a bajas dosis con alta adherencia. Se precisaría que la población de estudio hubiera estado expuesta al tratamiento más de 10 años a bajas dosis de forma continua para reafirmar la protección del cáncer colorrectal. Los datos insuficientes sobre la prescripción pueden haber dado como resultado una mala clasificación de los usuarios expuestos a los AINE.


Hay que tener en cuenta que el uso potencial de AAS y AINE para el cáncer colorrectal se ve limitado por el riesgo de hemorragia gastrointestinal, y para la mayoría de los AINE, por los riesgos cardiovasculares. Es pues importante sopesar el balance beneficio-riesgo de los resultados beneficiosos del estudio con los daños potenciales de estos fármacos.