14/05/2015
Fuente: National Prescribing Service (NPS)-Australia

La Agencia Reguladora Australiana ha publicado una entradaEste enlace se abrirá en una ventana nueva sobre el manejo de la hipertensión en embarazadas. En ella comentan la limitada evidencia sobre el tratamiento farmacológico de la hipertensión arterial leve o moderada -presión arterial sistólica entre 140-169 mmHg-, así como qué antihipertensivo recomendar. También recogen el debate existente sobre si tratar urgentemente los casos con hipertensión grave (≥170/110 mmHg). En este sentido, una revisión CochraneEste enlace se abrirá en una ventana nueva, recoge que aunque las mujeres tratadas con antihipertensivos tenían la mitad de riesgo de desarrollar hipertensión grave, no existe una evidencia consistente de reducción del riesgo de pre-eclampsia, mortalidad infantil, parto prematuro, bebés con retraso pondero-estatural u otros resultados secundarios.


Por su parte, las guías australianas establecen los valores de hipertensión arterial en mujeres embarazadas en 140/90 mmHg y recomiendan:

  • Considerar la opción de tratar con fármacos si la presión arterial se mantiene de forma sostenida entre 140/90 mmHg y 160/100 mmHg.
  • Tratar farmacológicamente la hipertensión superior a 160/110 mmHg debido al riesgo de hemorragia intracraneal y eclampsia.
  • Tratar la hipertensión grave (≥170/110 mmHg) de forma urgente.
  • Los principios activos de elección a considerar son metildopa, labetalol y oxprenolol (este último no comercializado en España). Se debe evitar la prescripción de IECAs y ARAII.
  • El control de la presión arterial en casa o en el ámbito ambulatorio puede evitar el ‘síndrome de la bata blanca’ en las primeras 20 semanas de embarazo.
  • El control anual en mujeres que han tenido pre-eclampsia o hipertensión durante el embarazo y la evaluación de otros factores de riesgo cardiovascular al menos cada 5 años.
  • Realizar intervenciones en el estilo de vida -actividad física, alimentación saludable, peso corporal adecuado y no fumar- que pueden reducir el riesgo cardiovascular futuro en mujeres que han tenido pre-eclampsia.