29/01/2016
Fuente: JAMA Intern Med. 2016

La prescripción diferida de antibióticos consiste en proporcionar una receta de un antibiótico e instruir al paciente para que lo tome, únicamente, si sus síntomas no mejoran o empeoran algunos días después de la visita médica.


Se acaba de publicar en JAMA un ensayo clínicoEste enlace se abrirá en una ventana nueva multicéntrico realizado en España, que comparó la eficacia y la seguridad de dos estrategias de prescripción diferida con la prescripción antibiótica inmediata y con la no prescripción, en la duración y gravedad de los síntomas respiratorios en infecciones respiratorias agudas no complicadas: faringitis aguda, rinosinusitis, bronquitis aguda y la exacerbación aguda de la bronquitis crónica o de enfermedad pulmonar obstructiva crónica leve-moderada.


Se reclutaron 405 pacientes adultos -34,2% hombres; edad media de 45 años (DE=17) con infecciones respiratorias altas y bajas no complicadas en las que el médico tuviera dudas razonables de si tratar o no con antibiótico. El 80,1% de los pacientes eran "no fumadores" y el 93,5% sin comorbilidad respiratoria. La media de días con síntomas antes de la primera visita fue de 6 días (DE=6) y la media del estado general de salud en la visita inicial de 54 puntos, basado en una escala (rango de 0 a 100). Las patologías más frecuentes fueron faringitis (n=184; 46,2%) y bronquitis aguda (n=128; 32,2%).


Los pacientes fueron aleatoriamente asignados a alguna de la cuatro estrategias analizadas.


Los resultados de este estudio indican que en las estrategias diferidas, los pacientes presentaron síntomas con una gravedad y una duración ligeramente mayor pero clínicamente similar a los de la prescripción inmediata y, además, mostraron una reducción (de más del 60%) en el consumo de antibióticos en comparación con la prescripción inmediata.


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No se observaron diferencias entre los grupos en el riesgo de complicaciones, efectos adversos o en la necesidad de visitas adicionales. La satisfacción fue similar en todas las estrategias.

Además de estos resultados clínicos, son especialmente interesantes los objetivos secundarios que valoraron la reacción de los pacientes a las diferentes estrategias potenciales de prescripción.


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En 2014 una encuestaEste enlace se abrirá en una ventana nueva realizada entre los médicos británicos de Atención Primaria atribuía a la presión que ejercían los pacientes una de las causas de sobreprescripción de antibióticos. Los resultados de este ensayo español cuantifican en sus objetivos secundarios la utilidad de la prescripción diferida en la educación de los pacientes y de manejo de la demanda. En el protocolo del ensayo clínico (disponible en españolEste enlace se abrirá en una ventana nueva) los autores resaltan: "hay pacientes que quieren y esperan a que se les prescriba un antibiótico si los síntomas persisten. No obstante, mientras que la mayor parte de los pacientes quieren asegurarse de la benignidad del proceso infeccioso cuando vuelven a consultar por el mismo episodio, los médicos tienden a sobrestimar la proporción de pacientes que esperan un antimicrobiano. Muchas veces, los médicos perciben un fuerte deseo del paciente de que se le prescriba el antibiótico y les resulta difícil la posibilidad de no hacerlo. En esta situación resulta útil utilizar prescripción diferida de antibióticos después de haberse iniciado un proceso infeccioso".


Otra encuestaEste enlace se abrirá en una ventana nueva realizada en 2015, para valorar la aceptación por la población inglesa de la prescripción diferida de antibióticos en diferentes tipos de infección, confirma que la población está más favor que en contra de esta práctica (36-39% vs 28-30%) y que, por lo general, aquellos que comprenden la estrategia plenamente suelen aceptarla mejor.


Comentario elaborado por: Alejandra García Ortiz y Belén Calabozo Freile