6/07/2017
Fuente: BMJ

Son varios los grupos de profesionales que llaman la atención sobre los interminables debates que acompañan la utilización de medicamentos y la desconfianza que provocan en profesionales y pacientes sobre la eficacia y seguridad de algunos tratamientos, así como los problemas de abordaje de la multimorbilidad, de la sobremedicación y de las intervenciones con fines preventivos en individuos sanos.


Hay quien ha denominado a esta situación como la crisis de la medicina basada en la evidencia. En un informe publicado en Junio de 2017, Este enlace se abrirá en una ventana nueva la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido resalta la necesidad de reforzar la generación, la fiabilidad y la comunicación de la evidencia científica sobre los beneficios y los daños de los medicamentos, para que pueda desempeñar un papel más importante en las decisiones de los pacientes, cuidadores y profesionales de la salud. Las decisiones de cada persona vienen determinadas tanto por la percepción que tenga sobre la enfermedad, como sobre el tratamiento y, además, están influenciadas por una amplia gama de factores, de los cuales la evidencia científica sería sólo uno más. El informe realiza 12 recomendaciones centradas en mejorar la comunicación eficaz de la evidencia científica que permita una mejor comprensión. Insiste en la importancia de que la evidencia científica sea de alta calidad y fiable, para que adquiera un papel más importante en las decisiones sobre los medicamentos, ya que es la única fuente de pruebas que está sujeta a revisiones sistemáticas según un proceso científico riguroso. El asesoramiento científico es lo que se espera de los profesionales sanitarios.


Este informe ha sido criticado en un editorial de BMJEste enlace se abrirá en una ventana nueva que considera que la academia ha desperdiciado la oportunidad de liderar un necesario proceso de regeneración. "La valoración de los beneficios y daños de los medicamentos, está afectada por el sesgo de optimismo que se da en la literatura médica. La mala ciencia, la mala conducta de la investigación y el sesgo de publicación contribuyen a la exageración sistemática del beneficio y a la subestimación del daño. Comunicar esta visión demasiado optimista de manera más eficaz sólo agravará el problema. Pero la prioridad de la academia parece ser la de tranquilizar a los pacientes y al público para que tomen sus medicamentos y colaboren estrechamente con la industria. Hubiera sido bueno ver a la academia reconocer los daños y costes evitables causados por la sobre medicación y proponer posibles soluciones y vías para profundizar en la investigación del problema".


En las mismas fechas, el BMJ y el Centro de la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) de la universidad de Oxford publican el "Manifiesto MBE para la mejor asistencia sanitariaEste enlace se abrirá en una ventana nueva" y desde un editorial en el BMJEste enlace se abrirá en una ventana nueva se promueve la lectura y participación en esta iniciativa.


La mala evidencia conduce a malas decisiones clínicas. Estas deficiencias también contribuyen a la escalada de los costes del tratamiento, exceso médico (incluyendo los conceptos relacionados de la medicalización, el sobrediagnóstico y el sobretratamiento) y al aumento del daño evitable.


Este manifiesto identifica los problemas de la evidencia actual::

  • Una revisión histórica sugirió que los resultados de la mitad de todos los ensayos nunca se publican y que los ensayos positivos tienen el doble de probabilidad de ser publicados que los resultados de ensayos negativos.

  • El coste de los ensayos clínicos con medicamentos se quintuplicó en una década y está obstaculizando el desarrollo de nuevos medicamentos

  • El 85% del gasto actual en investigación se va a desperdiciar.

  • En un estudio de revisiones sistemáticas, el 86% de 92 revisiones Cochrane no incluyeron datos del resultado principal del daño.

  • Una revisión sistemática de 39 estudios no encontró estudios robustos que evaluaran las estrategias de toma de decisiones compartidas.

  • De 2009 a 2014, la industria farmacéutica recibió multas por un total de 13.000 millones de dólares (10.000 millones de libras esterlinas) por conductas delictivas y violaciones civiles, pero se han producido pocos cambios sistemáticos para evitar que vuelvan a ocurrir estos problemas.

  • "A pesar de los repetidos llamamientos para prohibir o limitar los conflictos de intereses entre autores y patrocinadores de las guías clínicas, el problema persiste".

  • Un tercio (34%) de los científicos informan de prácticas de investigación cuestionables, incluyendo minería de datos para efectos estadísticamente significativos, información selectiva de resultados, cambio de resultados, sesgo de publicación, desviaciones de protocolo y ocultamiento de conflictos de interés

  • Una encuesta realizada en 2012 a 9.036 autores y revisores de BMJ encontró que de los 2.782 (31%) que respondieron, el 13% había presenciado o tenido conocimiento de primera mano de que científicos o médicos del Reino Unido ajustan o alteran o fabrican inapropiadamente datos durante su investigación con el propósito de publicar.

  • El 8% de los autores de 630 artículos admitieron haber mentido en sus declaraciones de autoría.


El manifiesto concreta también actuaciones para mejorar la evidencia disponible:

  • Ampliar el papel de los pacientes, de los profesionales de la salud y de los responsables de la formulación de políticas en la investigación

  • Aumentar el uso sistemático de la evidencia existente

  • Hacer que la evidencia de investigación sea relevante, replicable y accesible para los usuarios finales

  • Reducir las prácticas cuestionables de investigación, sesgos y conflictos de intereses

  • Asegurar que la regulación del fármaco y del dispositivo sea robusta, transparente e independiente

  • Producir mejores guías clínicas utilizables

  • Apoyar la innovación, la mejora de la calidad y la seguridad mediante un mejor uso de los datos del mundo real

  • Educar a los profesionales, a los responsables de la formulación de políticas y al público en el cuidado de la salud basado en evidencias para tomar una decisión informada

  • Alentar a la próxima generación de líderes en la medicina basada en la evidencia




Comentario elaborado por Alejandra García Ortiz