7/06/2019
Fuente: Gsida

En noviembre de 2018, Gsida (Grupo de estudio del sida-Seimc) ha publicado el documento Deprescripción farmacológica de la terapia no antirretroviral en pacientes con infección por VIHEste enlace se abrirá en una ventana nueva, en el que se abordan aspectos tales como la polifarmacia y la complejidad farmacoterapéutica en el paciente VIH, las interacciones, la medicación potencialmente inadecuada, la optimización de la farmacoterapia, los criterios de priorización en la deprescripción, etc.



Polifarmacia y complejidad farmacoterapéutica en el paciente VIH


Se pretende el abordaje apropiado de estos pacientes complejos con múltiples comorbilidades y alta prevalencia de polifarmacia que se asocia con una disminución de la adherencia y un aumento de efectos adversos, del uso inapropiado de fármacos de hospitalizaciones, de los síndromes geriátricos y de mortalidad.


Complejidad Farmacoterapéutica


La complejidad farmacoterapéutica se asocia con el número de fármacos y su frecuencia de administración, las restricciones alimentarias o la necesidad de otras instrucciones adicionales para la correcta administración del fármaco.Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población con infección por VIH, es necesaria la valoración de la complejidad farmacoterapéutica global, en la que se incluyan todos los fármacos prescritos y los de libre acceso. La herramienta más utilizada para ello es la Medication Regimen Complexity Index (MRCI)Este enlace se abrirá en una ventana nueva y su adaptación informática validada para pacientes crónicosEste enlace se abrirá en una ventana nueva. Este índice se ha validado en población con infección por VIHEste enlace se abrirá en una ventana nueva y recientemente se ha hecho la validación y adaptación al castellanoEste enlace se abrirá en una ventana nueva.


Interacciones


En los pacientes infectados con VIH, sobre todo en los mayores, hay un mayor riesgo potencial de interacciones por el aumento de fármacos no antirretrovirales, las características farmacocinéticas de los compuestos antirretrovirales y los cambios metabólicos que acontecen en los pacientes mayores.

Los fármacos antirretrovirales responsables de las principales interacciones son los potenciadores del tratamiento antirretroviral (TAR), ya sea ritonavir o cobicistat, los inhibidores de la proteasa potenciado (IP/p) y los inhibidores de la transcriptasa inversa no análogos de nucleósidos (ITINN). En cuanto a los fármacos concomitantes, los del sistema cardiovascular (hipolipemienates: estatinas), para el sistema nervioso central (anticolinérgicos), para síntomas de reflujo y úlcera péptica (IBP) o fármacos de venta libre, OTC (suplementos y plantas medicinales).


Toxicidad del TAR



Hay que tener en cuenta, especialmente, la toxicidad precoz o las modificaciones en la medicación por la no tolerabilidad y, en los pacientes mayores sobre todo, la toxicidad a largo plazo.


Adherencia farmacoterapéutica


Puede ser menor por el deterioro cognitivo asociado a la edad o a la polifarmacia, y por el aumento de la carga posológica de los fármacos concomitantes.



Revisión de la polifarmacia


  • Identifica los fármacos que no están indicados o fármacos innecesarios.

  • Fragilidad: la relación de la polifarmacia con los eventos adversos en salud está condicionada también por la fragilidad en la población mayor.

  • Atención centrada en la persona.



Consecuencias de la Polifarmacia


  • Hospitalizaciones: la polifarmacia se asocia a un aumento del riesgo de hospitalización (sobre todo por hipoglucemia, bradicardia, caídas y alteraciones del estado mental)

  • Interacciones: a mayor número de fármacos prescritos, mayor número de interacciones.

  • Menor adherencia a la medicación concomitante, más que al TAR.

  • Asociación de fragilidad y mortalidad.

  • Mayor número de caídas.

  • Aparición de numerosos síntomas (diarrea, cansancio, neuropatía periférica, entre otros).

  • Carga de medicación anticolinérgica (asociación de esta medicación con delirio, deterioro cognitivo, caídas especialmente)

  • Cascada terapéutica: situación de la que se prescribe una nueva medicación o aparece un efecto adverso relacionado con la misma, pero éste no es reconocido como tal por el clínico, sino interpretado como un nuevo síntoma o una nueva enfermedad, con lo que se produce una nueva prescripción, o la toma de automedicación o incluso el uso de dispositivos.


Recomendaciones

  • Se debe implantar la valoración sistemática de la complejidad del tratamiento para facilitar intervenciones individualizadas de deprescripción, educación sanitaria y seguimiento para la mejora de los resultados de salud de los pacientes (AI).

  • Es fundamental establecer estrategias para reducir la complejidad farmacoterapéutica en pacientes mayores, disminuyendo, en la medida de lo posible, la polifarmacia (AII).

  • La elección del TAR en los pacientes mayores y su seguimiento debe incluir la revisión del perfil de efectos adversos y las interacciones, no solo de los fármacos prescritos, sino también de los fármacos OTC, los suplementos y las plantas medicinales (AIII).

  • Es necesario identificar y adaptar herramientas para detectar y evitar fármacos potencialmente inapropiados en la población con infección por VIH de edad avanzada (AIII).

  • El proceso de confirmación de la polifarmacia debe realizarse de forma sistematizada y con una metodología secuencial y estructurada (AI).

  • La confirmación de la polifarmacia y la evaluación de la complejidad terapéutica deben realizarse en cada contacto que el paciente tenga con el sistema sanitario: en cada consulta, en cada visita a urgencias y en cada hospitalización (AII).

  • La evaluación de la complejidad terapéutica debe ser un trabajo multidisciplinar (AIII).

  • Es recomendable valorar la fragilidad en el paciente mayor para hacer una adecuada evaluación de la polifarmacia y la complejidad terapéutica porque va a condicionar las decisiones que tomemos en relación a los fármacos (BII).


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Optimización de la farmacoterapia y de la deprescripción


En pacientes VIH mayores se recomienda la revisión de toda la medicación prescrita, al menos cada 6 meses en individuos que tengan ≥ 4 medicamentos, y al menos una vez al año para el resto. Por lo que conviene actualizar el historial farmacoterapéutico del paciente incluyendo la automedicación, uso de fármacos, etc., e identificar la medicación potencialmente inadecuada (MPI), interacciones de interés clínico y posibles efectos adversos.


Recomendaciones

  • Ante la aparición de nuevos síntomas tras una nueva prescripción se debe valorar la presencia de efectos secundarios con vistas a no desencadenar una cascada terapéutica (AII).

  • En pacientes con polifarmacia, se debe revisar la medicación al menos cada 6-12 meses y siempre que se prescriba un nuevo tratamiento (AII).

  • Existen herramientas que asesoran en el proceso de deprescripción y han demostrado, en población no infectada por VIH, aumentar la calidad de la prescripción y disminuir los efectos adversos y las hospitalizaciones motivadas por la polifarmacia (AII).

  • Los fármacos objetivo preferentes de deprescripción deberían ser la medicación con efecto anticolinérgico, la medicación de riesgo y la MPI (AII).




La deprescripción de la terapia no antirretroviral en el paciente VIH


La deprescripción es un proceso sistemático de identificación y retirada de medicamentos en los casos en los que existan daños potenciales que superen los beneficios obtenidos o esperados en el contexto de los objetivos de salud de un paciente individual, su actual nivel funcional, esperanza de vida, valores y preferencias. Se trata de una intervención positiva centrada en el paciente que requiere una toma de decisiones compartida, información al paciente y el seguimiento de los efectos. El objetivo es disminuir la carga de medicación y posibles daños asociados a la vez que se mantiene o aumenta la calidad de vida del paciente.


En el proceso de deprescripción hay que tener en cuenta las siguientes etapas:

  • evaluación completa inicial del caso

  • identificación de MPI

  • priorización de retirada de medicamentos

  • deprescripción y seguimiento de los resultados y posibles riesgos asociados (síndrome de retirada, efecto rebote, cambios farmacocinéticos que afecten al resto del tratamiento, recurrencia de síntomas…)



Medicación potencialmente inadecuada (MPI)


El problema de la MPI, que se asocia a la polifarmacia, ha sido escasamente estudiado en la población de personas infectadas por VIH. Se ha visto algún tipo de MPI entre el 54% y el 63%, según los criterios utilizados STOPP y Beers respectivamente, de los pacientes VIH ≥ 50 años.


En función de los criterios STOPP, las MPI más frecuentes encontradas, fueron: las duplicidades terapéuticas, el uso de opiáceos sin terapia estimulante intestinal asociada, el uso de antihistamínicos de primera generación, las benzodiacepinas de acción prolongada y las dosis de aspirina mayores a los 150 mg/día.


Los criterios de Beers más frecuentes fueron: el uso de benzodiacepinas, AINEs, antihistamínicos de primera generación, antidepresivos tricíclicos e hipnóticos no benzodiazepínicos.


En pacientes VIH de ≥ 60 años, basado exclusivamente en los criterios de Beers, este porcentaje fue del 52%. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este tipo de criterios se han desarrollado y validado en población general de más de 65 años y por ello se precisa una futura adaptación al contexto del paciente VIH.


Los criterios STOPP/STARTEste enlace se abrirá en una ventana nueva se organizan por sistemas e incluyen 81 escenarios específicos fármaco-enfermedad-paciente (STOPP) que deberían llevar a considerar la retirada de la medicación prescrita y otros 34 en los que la terapia debería ser iniciada (START).


A continuación se relacionan los documentos elaborados en el Portal del Medicamento teniendo en cuenta los criterios STOPP-START en los pacientes crónicos y/o mayores:



Valoración multidisciplinar de la deprescripción


Según la Red Canadiense de DeprescripciónEste enlace se abrirá en una ventana nueva (CaDeN) cada grupo/miembro del equipo multidisciplinar que trabaje en la deprescripción debe considerar los siguientes aspectos:

  • Evidencia de la deprescripción y su calidad según las recomendaciones GRADE (Grading of Recommendations Assesment Development and Evaluation).

  • Daño que supone para el paciente continuar con la medicación.

  • Valor de la medicación para el paciente y sus preferencias.

  • Costes asociados con la deprescripción.



Criterios de priorización en la deprescripción


Las personas con infección por VIH se consideran un grupo prioritario en la deprescripción por presentar las siguientes características:

  • Riesgo incrementado de desarrollar comorbilidades relacionadas con la edad (enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar crónica, osteoporosis y daño cognitivo)

  • Mayor fragilidad, especialmente en infección por VIH avanzada

  • Envejecimiento prematuro, considerándose la edad > 50 años como definitoria de edad avanzada

  • Mayor polimedicación, mayor número de interacciones farmacológicas y mayor uso de medicamentos potencialmente inapropiados


Los medicamentos candidatos a deprescripción por su mayor riesgo (caídas, fracturas, confusión, demencia, hospitalización, mortalidad) usados de manera crónica sobre todo en personas mayores serían:

  • AINE
  • Antipsicóticos usados como hipnóticos o para la demencia.

  • Antidepresivos tricíclicos.

  • Antidiabéticos de larga duración (gliburida, glicazida, glimepirida).

  • Antihistamínicos 1ª generación usados como antialérgicos/antipruriginosos.

  • Anticolinérgicos.

  • Opioides para el dolor crónico (oxicodona).

  • Hipnóticos o ansiolíticos (zolpidem, alprazolam).

  • Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina.

  • IBP: su uso crónico incrementa la probabilidad de infecciones por Clostridium difficile, neumonía adquirida en la comunidad, hipomagnesemia, fracturas e insuficiencia renal.

  • Inhibidores de la colinesterasa (donepezilo, rivastigmina, galantamina).

  • Bifosfonatos.



Criterios de priorización en la población VIH para realizar la deprescripción según las características de los pacientes

(Tabla 6 de Deprescripción farmacológica de la terapia no antirretroviral en pacientes con infección VIH)Este enlace se abrirá en una ventana nueva


Pacientes frágiles y/o con expectativas de vida limitadas

Índice de VACS > 25

Pacientes polimedicados

Administración de > 5 medicamentos de manera crónica

Pacientes con mayor riesgo global de no conseguir los objetivos FT propuestos

Pacientes de prioridad 1 según el modelo de estratificación de VIH de la SEFH

Pacientes de edad avanzada

> 50 años

VACS: Veterans Agings Cohort Study. FT: farmacoterapéuticos. SEFH: Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria.



Criterios de priorización en la población VIH para realizar la deprescripción según los medicamentos prescritos

(Tabla 7 de Deprescripción farmacológica de la terapia no antirretroviral en pacientes con infección VIHEste enlace se abrirá en una ventana nueva).


Grupo de fármacos

Indicación clínica

Condición susceptible para valorar deprescripción

Estatinas

Prevención secundaria

Demencia avanzada

Hipercolesterolemia en prevención primaria

>80 años

Antiagregantes

Prevención primaria

Dosis AAS 300 mg no indicada

Prevención secundaria

DAPT > 1 año tras evento

Antihipertensivos

HTA

>80 años con PA <160/90 y >2 antihipertensivos

Cualquiera

≥2 antihipertensivos de la misma clase

Antipsicóticos


Demencia

Tratamientos >6-12 semanas

Psicosis, agresión o agitación

Tratamientos ≥3 meses con síntomas controlados o sin respuesta al tratamiento

Insomnio

Cualquiera

Antidepresivos

Depresión mayor

Tratamiento >6 meses tras remisión de primer episodio

Benzodiacepinas

Insomnio/ansiedad

≥65 años

18-64 años: uso de BZD >4-12 semanas

ADOS

Diabetes

> 80 años con DM de 10 años de evolución y en tratamiento con insulina

IBP

Esofagitis leve-moderada, RGE y úlcera péptica sin riesgo de sangrado

Tratamiento >8 semanas

Protección gástrica sin riesgo de sangrado

No riesgo teniendo en cuenta características del paciente y medicación concomitante (medicación gastrolesiva: corticoide, AINE, COXIBs, antiagregantes y anticoagulante)

AAS: ácido acetilsacílico. DAPT: doble antiagregación plaquetaria. HTA: hipertensión arterial. PA: presión arterial. BZD: benzodiacepinas. ADOs: antidiabéticos orales. RGE: reflujo gastro-esofágico.



Algoritmos de ayuda en la deprescripción


Se pueden utilizar diversas herramientas en la deprescripción:



Recomendaciones


  • Es esencial que el proceso de deprescripción se realice en un entorno multidisciplinar (AII).

  • Todos los pacientes son susceptibles de beneficiarse de una revaluación de su plan terapéutico, pero existen grupos de población donde el beneficio es potencialmente mayor, como por ejemplo los pacientes frágiles(AII).

  • Las personas con infección por VIH deben constituir un grupo prioritario en la desprescripción(BIII).




Comentario elaborado por Mª Rosa Miranda Hidalgo