Sistemas implantables para la estimulación medular que ayudan a los pacientes que sufren dolor crónico causado por daño o disfunción en el sistema nervioso, lo que afecta de forma simultánea a ambas extremidades.

La terapia de neuromodulación que está recomendada para estos casos pasa por un tratamiento médico que usa dispositivos electrónicos que son implantados quirúrgicamente en el cuerpo para modular la actividad neuronal afectada.

"No dormía. El dolor era tremendo e insoportable", asegura uno de los pacientes que ha visto como su calidad de vida ha cambiado tras la implantación de estos electrodos con una técnica que pone a Valladolid a la vanguardia.

Su cirugía se llevó a cabo en el Hospital Río Hortega de Valladolid el pasado 1 de abril del año 2024.

"Justo ahí, tras la cirugía y después de que me implantaran esos cuatro electrodos, mi vida cambió. No era partidario de someterme a la intervención y opté a ello tras pasar varias pruebas y ser apto, pero ahora sufro menos dolor", asegura el usuario.

El dolor agudo cumple una función "importante como sistema de alarma" sin el cual "no es posible la supervivencia del individuo". El dolor crónico es una "enfermedad por sí misma con una importante repercusión en todas las esferas del individuo, tanto en la biológica, como en la psicológica, familiar, laboral o económica", explica el doctor Enrique Ortega, jefe de Sección de la Unidad del Dolor de Valladolid.

Los neuroestimuladores de 32 polos "permiten tratar a pacientes con amplias zonas de dolor neuropático" que es el originado por lesión del sistema nervioso. "El dispositivo cuenta con cuatro electrodos cada uno con ocho polos conectados a un generador. Los electrodos generan un campo eléctrico que logra bloquear el dolor crónico. Es una técnica en la que nuestra unidad es pionera. Hasta que han surgido estos dispositivos no podíamos tratar zonas de dolor neuropático tan amplias", añade Ortega.

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