En la actualidad la enfermedad no tiene cura pero se consiguen buenos resultados en el control de los síntomas con los diferentes tratamientos. Pueden utilizarse fármacos, cirugía o tratamientos complementarios que ayudan a aliviar los síntomas.

Existen también terapias de apoyo complementarias que ayudan a mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen, como son la fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia, terapia con masajes, etc.

Llevar a cabo una dieta equilibrada junto con ejercicio físico ayuda a mejorar el bienestar del enfermo.

La investigación de la enfermedad de Parkinson ha avanzado notablemente en los últimos años y está consiguiendo que la calidad de vida de estas personas sea cada vez mejor. Los avances en genética y terapia celular así como en el conocimiento de la enfermedad hacen pensar que en el futuro, además de los avances en el tratamiento, esta enfermedad se podrá diagnosticar precozmente e incluso se podrá prevenir.