El diagnóstico inicial se realiza mediante la detección de anticuerpos de la Hepati- tis C en sangre. Si esta prueba es positiva sólo indica que la persona ha estado en contacto con el virus. En este caso, puede existir una infección actual o la infección ha sido ya resuelta por el organismo.

Si hay anticuerpos frente al VHC se debe realizar otra prueba: la PCR del VHC (determinación del RNA-viral) para confirmar que la infección está activa, ya que entre el 15 y el 50% de las personas infectadas por el VHC eliminan espontáneamente la infección mediante una respuesta inmunitaria fuerte, sin necesidad de tratamiento.

Solo cuando la PCR de la hepatitis C es positiva el paciente padece realmente la enfermedad. Una vez confirmada la infección crónica se deberá evaluar el grado de lesiones que tiene el hígado (fibrosis o cirrosis) y el tipo de virus.

El diagnóstico precoz puede prevenir problemas de salud derivados de la infección y también la transmisión del virus.