La vía por la que se puede contagiar el virus de la hepatitis C es el contacto directo con sangre infectada. De ahí que los principales mecanismos de transmisión descritos sean:

  • Pacientes que han sido operados antes del año 1990 o que han recibido una trasfusión de sangre o sus derivados (como las gammaglobulinas) antes del año 1992. Desde esa fecha, el riesgo es prácticamente nulo, ya que el virus se puede detectar con técnicas de laboratorio en los bancos de sangre y en los centros sanitarios se utiliza material desechable o correctamente esterilizado. El virus de la Hepatitis C fue descubierto en el año 1989 y por ese motivo no se podía detectar previamente.
  • Uso compartido de agujas y jeringuillas.
  • Consumo de cocaína a través de la nariz (intranasal). Posiblemente, debido a las lesiones de la mucosa nasal provocadas por la cocaína y el uso de algún instrumento para la inhalación compartido.
  • Pinchazo accidental con material contaminado por el virus C habitualmente en profesionales sanitarios.
  • Otras vías en las que se atraviesa la piel como la utilización de piercing, acupuntura y tatuajes, asociado al uso de agujas compartidas o no desechables. Deben realizarse en centros autorizados donde se utilicen materiales de un solo uso.
  • Transmisión de madre a hijo durante el parto. Sobre todo en el caso de madres portadoras del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH positivas) o con muchos virus de VHC.
  • El virus de la hepatitis C puede sobrevivir fuera del cuerpo en una superficie, en determinadas condiciones ambientales, desde 3 semanas hasta 2 meses según el estudio. Cualquier derramamiento de sangre (incluyendo sangre seca, que todavía puede ser infecciosa) debe limpiarse usando una dilución de una parte de lejía y 10 partes de agua durante 1 minuto. Se deben usar guantes para limpiar los derramamientos de sangre.

La hepatitis C no es una enfermedad de transmisión sexual y el contagio por esta vía es poco frecuente pero no imposible. El riesgo es mayor cuando hay menstruación, presencia de enfermedades de transmisión sexual, heridas o ulceraciones en la mucosa y en las prácticas sexuales que implican presencia de sangre. Existe constancia de parejas sexuales estables en las que solo un miembro tiene hepatitis C y sin contagio a lo largo de décadas.

La prevalencia encontrada en homosexuales masculinos VIH negativos es baja, y es más alta en coinfectados con VIH o en pacientes con enfermedades de transmisión sexual.

"La utilización de preservativo previene el riesgo de transmisión por vía sexual"

Existen muchos casos de hepatitis C, sobre todo en la población de más edad, en los que no se conoce cuál ha sido la posible vía de transmisión. Posiblemente se deba al uso de material médico no desechable, común en España hasta los años 80.

El Virus de la Hepatitis C no se transmite de la siguiente manera:

  • No se transmite por vía oral ni digestiva.
  • No se trasmite por la tos o el estornudo.
  • No existe riesgo en dar la mano, beber en el mismo vaso o utilizar la misma vajilla que una persona con VHC. Lógicamente la medida de higiene recomendada usar utensilios de aseo propios y cubrir cualquier herida para evitar el contacto con sangre.
  • Tampoco se transmite por alimentos ni por el agua.
  • No existe contraindicación para la lactancia materna, siempre y cuando no exista alguna herida en el pezón o areola de la madre que pudiera facilitar el contacto con sangre contaminada. Se han descrito diversos factores que pueden influir en la evolución de la hepatitis C a sus formas más avanzadas como la cirrosis y el cáncer de hígado:
  • Pueden ser dependientes del propio virus (tipo de genotipo).
  • Relacionados con el paciente (edad mayor de 40 años, sexo masculino, estar infectados con otros virus como el VIH o de la hepatitis B, otras enfermedades como la esteatosis o sobrecarga de hierro).
  • Factores externos como el consumo de alcohol, tabaco y/o contaminantes ambientales.