La composición de la alimentación del deportista debe ser básicamente la misma de cualquier joven, salvo quizás un muy ligero incremento del porcentaje de energía proveniente de las proteínas (un 15% en lugar del 12-13%) en detrimento de las grasas, y la aún mayor importancia del aporte hídrico, que se recomienda sea de 2,5-3 litros de agua al día.