El Plan de Instalaciones del Seguro de Enfermedad, aprobado por Orden Ministerial de 19 de febrero de 1945, marca el comienzo de la planificación de una estructura sanitaria nacional. Entre los centros hospitalarios (entonces llamados Residencias) se propone la construcción de la Residencia sanitaria de Valladolid, cuyas obras comenzaron en julio de 1948, siendo inaugurada el 24 de julio de 1953 con el nombre de Residencia Sanitaria "Onésimo Redondo"

En el momento de su puesta en servicio constaba de 310 camas y 72 cunas, aunque en un principio sólo se encontraban funcionantes 134 camas, con una plantilla de 93 personas. Estaba destinada a prestar asistencia sanitaria a 146.443 personas entre asegurados y beneficiarios.

Disponía de servicios de carácter regional, entre los que destacaban: Anatomía Patológica, Rediumterapia y radioterapia. El Ambulatorio anexo contaba con consultas de distintas especialidades y una plantilla de 124 personas, entre médicos y personal de enfermería. Otras 27 personas prestaban servicios tanto en el Hospital, como en el Ambulatorio.

El edificio se construye en una parcela de 35.000 m2 , ocupando en planta (con las edificaciones anexas) 6.558 m2 y una superficie edificada de 28.248 m2 en el edificio principal. El arquitecto fue D. José Martín Marcide, y la empresa constructora Agroman.

El 1 de marzo de 1972 se inician las obras de ampliación y reforma con el objeto de incrementar la capacidad del Hospital a 575 camas, para ello se amplían las unidades de hospitalización, incrementando la superficie construida a 35.203 m2 , finalizando las obras en enero de 1976. A título de ejemplo se señala que el presupuesto de inversión del año 1972 era de 156.047.927 ptas. ( 937.866,92 euros).

El 4 de mayo de 1984 se cambia el nombre por el de Hospital "Del Río Hortega" como reconocimiento al insigne investigador vallisoletano, heredero de Santiago Ramón y Cajal en el ámbito de la Histología Española. Especialmente destacó en el estudio del sistema nervioso., conocido sobre todo por su descubrimiento de la microglía llamada también "células de Hortega".


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Entre los años 1989 y 1990 se realiza el estudio arquitectónico de un Plan Directorio de reforma del Hospital, que no se llevó a efecto. Fue sustituido por un Plan de Reformas del viejo edificio (adjudicado el 15 de junio de 1994) cuyas obras de acuerdo a este último se inician en julio de 1994, realizándose la recepción provisional de las mismas en diciembre de 1998. Se lleva a cabo la construcción de un Edificio Anexo en los jardines situados en frente de la fachada principal. Ésto permite reorganizar funcionalmente el Hospital dedicando la nueva construcción para actividad ambulatoria y de consultas externas.

En la década de los 90 y ante la imposibilidad de más ampliaciones debido al tamaño de la parcela en la que se encuentra situado, se opta por la construcción de un nuevo hospital en un emplazamiento estratégico. Es en el año de 1994 cuando comienzan los primeros estudios para encontrar una ubicación al Hospital del Río Hortega fuera del centro urbano, barajándose varias localizaciones y siendo finalmente elegida la parcela conocida como Finca Zambrana, en el barrio de Las Delicias. Es a partir de este momento cuando comienza a gestarse el conocido como Nuevo Hospital.

La actividad sanitaria se seguía desarrollando en el hospital y motivados por el afán de mejorar en la asistencia prestada a los pacientes se firmó un convenio entre la Universidad de Valladolid y el INSALUD gracias al cual a partir del 1 de enero de 1996 el hospital comienza a ser un centro formativo de nivel universitario, impartiéndose docencia pregrado en sus instalaciones. Desde ese momento pasa a denominarse: Hospital Universitario del "Río Hortega".

El 19 de febrero de 1997 se firma el Protocolo de Colaboración entre el INSALUD, la Consejería de Sanidad y Bienestar Social de la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid que permitirá la construcción del nuevo hospital que tenía previsto prestar asistencia sanitaria a 215.000 vallisoletanos, para lo cual se preveía el desarrollo de un Plan Funcional en el cual el nuevo centro contaría con 525 camas, 15 quirófanos, 2 salas de parto, 69 consultas, un hospital de día, así como con todos los servicio de un hospital de primer nivel. Se construiría sobre una parcela de 62.000 m2 y el coste total de construcción y equipamiento oscilaría alrededor de los 12.000 millones de pesetas (72.121.452,53 euros). Como gran novedad el nuevo hospital albergaría la primera unidad de quemados de la región.

Dicho Plan Funcional fue presentado el 16 de julio de 1998 por el Ministro de Sanidad y en él se incrementa el nº de camas pasando a tener 575, el nº de locales de consultas y exploración: 124, el nº de m2 construidos: 73.860 y consecuentemente también el coste del nuevo hospital que alcanzaría los 13.606 millones de pesetas (81.773.706,92 euros).

En julio de 1998 sale a concurso la Redacción del Proyecto, siendo adjudicado al arquitecto Luis Fernández Inglada, y en diciembre de 1999 se publica en el BOE la Convocatoria de Concurso de Obras del Nuevo Hospital Río Hortega de Valladolid, con un presupuesto de licitación de 14.576 millones de pesetas (87.603.524,33 euros) cuya adjudicación recayó en Acciona Infraestructuras S.A.

Comienzan las obras el 26 de junio del año 2000, pero el impulso definitivo se produce tras las transferencias en materia de sanidad a la Junta de Castilla y León, finalizándose las mismas el 26 de diciembre de 2007, firmándose el Acta de Recepción el día 14 de octubre de 2008 y con una inversión definitiva de 199,7 millones de euros ( 33.227 millones de pesetas).

El nuevo Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid se planteó con un concepto innovador y pionero en España basado no sólo en la calidad arquitectónica y la innovación tecnológica, sino también a nivel organizativo y funcional. Frente a la verticalidad del viejo hospital se ha optado por una arquitectura horizontal, con espacios flexibles que se pueden adaptar a las cambiantes circunstancias del sector sanitario y una organización moderna. Se ha pasado de los 35.000 m2 construidos del antiguo hospital a los 127.621 del actual lo ha supuesto también un cambio en los procesos de trabajo de los profesionales del hospital.

En los hospitales comienza la vida y también finaliza, es por ello que el principal protagonista es siempre el ser humano, y por lo tanto, el hacer todo lo posible para que se sienta bien, contribuye a la humanización de la arquitectura hospitalaria.

Por eso en el diseño y construcción del HURH se han priorizado los aspectos relativos a la seguridad, el confort y la calidad de las instalaciones, cuidando especialmente la circulación de los miles de pacientes, familiares, profesionales y proveedores que a diario utilizan el hospital. Se ha tratado de recrear una ciudad de dieciséis edificios en los que se ha cuidado el tratamiento paisajístico de los jardines, patios interiores y zonas verdes (45.000 m2 ), cuidando la llegada de luz natural a todos los espacios interiores, que juega un papel destacado en la habitabilidad de los espacios, cuidando la utilización de materiales adecuados en cada ambiente e incorporando elementos artísticos tanto en el interior como en el exterior del edificio.

Se han tenido en cuenta criterios de accesibilidad por lo que todo el circuito de pacientes es totalmente accesible para personas con movilidad reducida.

Como seña de identidad del hospital podemos destacar de una parte, el edificio que acoge la biblioteca que gracias a su fachada revestida de una cascada de vidrios de colores resalta en la fachada norte del hospital y delante de esta misma fachada la escultura de sillas gigantes de Javier Mariscal que representan una gran pérgola longitudinal, a modo de alameda de estilizados troncos y enmarañadas copas de hierro que proyectan su sombra paralela a la fachada principal.

Nos sólo es novedosa la arquitectura del hospital sino también los equipamientos tecnológicos de los que ha sido dotado tanto en el aspecto diagnóstico o terapéutico como en el logístico gracias a una inversión de 47 millones de euros (7.820 millones de pesetas) que le han convertido en uno de los hospitales más avanzados de España y de Europa en cuanto a tecnología de última generación.

Mientras continuaban las obras del nuevo hospital en el año 2003 se celebró el cincuenta cumpleaños de nuestra institución. Numerosos actos culturales, científicos y sociales festejaron dicho aniversario, siendo conscientes de que en pocos años cerrará las puertas el viejo edificio pasando los profesionales y lo que es más importante, "el espíritu del Río Hortega", a las nuevas instalaciones.