Desde el Equipo del PROA de Atención Primaria (PROA-AP) de Segovia se quiere aprovechar la "Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antimicrobianos" para recordar a la población qué medidas puede tomar para contribuir a evitar la diseminación de las resistencias bacterianas:

  • Debe recordarse que usar los antibióticos incorrectamente representa un riesgo: el uso inadecuado en personas y animales puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes a futuros tratamientos.
  • Solo deben tomarse antibióticos cuando los recete un médico, siguiendo siempre sus recomendaciones sobre cuándo y cómo usarlos. Una vez completado el tratamiento, no debe guardarse el medicamento sobrante ni compartirse con otras personas.
  • No hay que olvidar que los antibióticos solo son eficaces para combatir infecciones bacterianas y no curan infecciones causadas por virus. Hasta el 80 % de las infecciones invernales que afectan a nariz, oídos, garganta y pulmones son de origen vírico (como es el caso de los resfriados o la gripe), por lo que tomar antibióticos no las curará, y tampoco alivian el dolor o la fiebre.
  • Hay también infecciones bacterianas leves (como rinosinusitis, dolor de garganta, bronquitis o dolor de oídos) en la que, a menudo, es innecesario tomar antibióticos, ya que en la mayoría de los casos nuestro sistema inmunitario es capaz de vencer tales infecciones.
  • El veterinario es quien decide el tratamiento de las mascotas, por lo que deben seguirse siempre sus consejos y no medicar a los animales con los antibióticos que haya en casa; la automedicación también es peligrosa para los animales.
  • Entre los factores que aceleran el proceso de resistencia a los antibióticos no sólo destaca el mal uso de estos fármacos, sino también las deficiencias en materia de prevención y control de infecciones, por lo que se pueden adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación; la Organización Mundial de la Salud recomienda lavarse las manos con frecuencia, practicar una buena higiene de los alimentos, evitar el contacto directo con personas enfermas y cumplir puntualmente con el calendario de vacunas.