Niños y mayores se unen para entregar unos detalles navideños a los pacientes hospitalizados
Alumnas del Colegio Santo Domingo de Guzmán y La Salle han participado junto a los mayores de las residencias Reina Isabel y Doña Sol en esta iniciativa intergeneracional
Detalles navideños, la mejor medicina
Desde hace quince años, Residencias Origen desarrolla su programa de educación intergeneracional, que conecta a personas mayores con alumnos de más de 12 centros educativos de Palencia y provincia. Ayer, como viene siendo habitual, seis alumnas del colegio Santo Domingo de Guzmán y dos de La Salle acercaron la alegría de estas fiestas a los pacientes del hospital Río Carrión.
Durante cuatro jornadas, en las residencias Reina Isabel y Doña Sol, niños y mayores trabajaron juntos elaborando adornos navideños, cartas y coronas de adviento con gominolas, todos destinados a alegrar la planta de Pediatría y de Cardiología y Neurología.
Además de entregar los regalos, se colocó un árbol decorativo en el hall de consultas externas con todas las cartas y adornos realizados. Esta acción no solo visibiliza el programa, sino que subraya la importancia del vínculo entre generaciones y la contribución de los jóvenes al bienestar de los mayores y pacientes hospitalizados.
Complicidad. Por su parte, los niños mostraron una entrega absoluta y una ternura que conmovía a todos los presentes. «Hemos hecho dibujos y adornos con frases bonitas para animar a los que están en el hospital. Me gusta ayudar y es muy divertido ver la felicidad con la que responden los mayores. Algunos me dijeron que era lo mejor que podían recibir en Navidad», contaba una alumna.
Entre risas, los más pequeños compartieron momentos de cercanía y complicidad, rompiendo barreras de edad y creando lazos que van más allá de unaa actividad puntual como esta.
Por su parte, los pacientes recibieron los regalos con una mezcla de emoción, nostalgia y alegría. Algunos planeaban llevárselos a casa al recibir el alta; otros aseguraban que estos pequeños gestos eran «la mejor medicina» y muchos se emocionaban al recordar a sus propios hijos que no podían estar con ellos. En algunos casos, los adornos, cartas y coronas se convirtieron en símbolos de compañía y esperanza, recordando que la Navidad también puede ser una fuente de calidez en los momentos difíciles.
El programa también permitió que las personas mayores se sintieran útiles y activas, compartiendo experiencias y enseñanzas con los más jóvenes. Muchos comentaron lo reconfortante que era ver cómo los niños se interesaban por sus historias, escuchaban sus consejos y se emocionaban ante las pequeñas tradiciones que estos residentes han conservado durante años.
La actividad, además, reforzó la dimensión educativa y social del proyecto, demostrando que la colaboración entre generaciones fomenta valores como la solidaridad, la empatía y el respeto, mientras que la creatividad y la participación activa generan momentos de alegría compartida que perduran en la memoria de todos los participantes. Al final de la jornada, quedó claro que el programa no solo acerca la Navidad a quienes se encuentran hospitalizados, sino que también ayuda a construir puentes emocionales entre generaciones y comunidades, recordando que la ilusión y la compañía pueden convertirse en el mejor regalo.
Reportaje publicado en Diario Palentino.
Texto: Raquel Arconada.
Fotos: Óscar Navarro.
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