A pesar de que la insuficiencia cardiaca evoluciona, generalmente, de forma crónica ésta es una enfermedad que puede ser grave y causar la muerte, por lo que el tratamiento debe ser constante y el paciente y su familia deben estar al corriente de cualquier alteración que pueda significar un riesgo de complicación.


El tratamiento de la insuficiencia cardiaca va dirigido a conseguir que el corazón funcione lo mejor posible, a eliminar los síntomas de la enfermedad y a evitar que se descompense y se agrave.


El médico indicará un tratamiento para que el corazón trabaje con la fuerza que sea posible, para reducir la disnea, para reducir el edema de las piernas y los pies, para reducir el riesgo de producción de trombos y para el resto de los síntomas, que pueden ser leves o muy marcados. Este tratamiento pretende mejorar los síntomas, reducir los riesgos directos para el corazón, evitar las complicaciones y conseguir que el paciente pueda convivir con su enfermedad estabilizada y en las mejores condiciones.


Entre los medicamentos más habituales se encuentran los derivados digitálicos, los diuréticos y otros fármacos antihipertensivos, así como otros para controlar los niveles de colesterol y antiagregantes plaquetarios para evitar los trombos.


El control de la insuficiencia cardiaca dependerá de las causas que han ocasionado la enfermedad. Los diferentes tratamientos pueden conseguir la situación que originó la insuficiencia y entonces se modificarán las condiciones. Por ejemplo si la insuficiencia cardiaca se debe a una valvulopatía, la sustitución de la válvula afectada puede resolver el problema. O un paciente con arritmia al que se coloca un marcapasos puede ver como sus síntomas se reducen o se eliminan.


Al tratarse de una enfermedad crónica es fundamental que el paciente tome conciencia de lo que le ocurre y participe activamente en el control de su enfermedad. Por supuesto que depende del grado de afectación de cada enfermo, pero cuando el paciente se implica y sabe lo que hacer en cada caso, las probabilidades de estabilidad de su enfermedad son muy altas y le permiten llevar una vida normal. Cuando no es así, las descompensaciones producen muchos ingresos hospitalarios por complicaciones e incluso a la muerte.


Tras lo expuesto anteriormente, si usted tiene una insuficiencia cardiaca debe saber que junto a los tratamientos médicos es fundamental la adecuación o modificación de los estilos de vida. Vd. puede hacer mucho por controlar su enfermedad y debe conocer los síntomas de alerta por los que debe consultar con su médico de familia. Médico y enfermera establecerán su plan de tratamiento y su plan de cuidados; si tiene dudas, consúlteles. El plan marcará la regularidad de las visitas que debe hacer y los signos que debe vigilar. Si el médico de familia lo considera necesario le enviará a que le revise otro profesional o a realizarse alguna prueba específica.


Preste atención al tratamiento que le han indicado, porque además de ir dirigido a los síntomas que presenta, tiene como objetivo evitar las complicaciones de la insuficiencia cardiaca.