Si tiene alguno de los factores de riesgo y padece síntomas de EPOC debe consultar con su médico de familia. Disponer de un diagnóstico precoz, dejar de fumar y, en caso necesario, seguir un tratamiento, puede evitar que la enfermedad avance.

Para diagnosticar EPOC es imprescindible realizar una espirometría que confirme o descarte la existencia de obstrucción bronquial.

La espirometría es la única prueba diagnóstica de EPOC. Cuando no hay espirometría que lo confirme pero si presenta síntomas, podemos decir que tiene criterios clínicos de bronquitis crónica pero no podemos establecer el diagnóstico de EPOC.


Entre las pruebas que se utilizan para el estudio de un posible EPOC están:


Espirometría

Mediante la espirometría se detecta el nivel de obstrucción del flujo de aire en los bronquios. Para ello se mide el aire expulsado tras una inspiración y se valora, tanto el volumen de aire por unidad de tiempo -el aire que son capaces de expulsar los pulmones en un segundo: espiración forzada en un segundo-, como la cantidad total de aire que se expulsa tras una inspiración, denominada capacidad vital forzada. Las medidas obtenidas se comparan con los parámetros de normalidad (valores de referencia), ajustados a la edad, sexo y peso de cada persona y de esta manera se conoce cuál es la capacidad respiratoria y si es menor de la esperada a causa de la obstrucción de las vías respiratorias.

Para comprobar si la obstrucción es reversible se realiza la prueba broncodilatadora que no es mas que otra espirometría después de 20 minutos de haber inhalado un broncodilatador y comprobar si hay mejoría.

En ocasiones, para descartar otras enfermedades respiratorias, y siempre a juicio de su médico, se le pide al paciente que realice la medición, durante varios días del flujo respiratorio máximo, en diferentes momentos del día y durante varios días. Lo hará en su casa siguiendo las instrucciones que le dé el médico con un pequeño aparato en el que tendrá que soplar, para anotar posteriormente los resultados.



Radiografía de tórax

Esta prueba se realiza para descartar otras enfermedades que pudieran dar síntomas parecidos, por ejemplo la presencia de masas en el pulmón, que también pueden limitar la capacidad respiratoria.


Análisis de sangre

También el análisis de sangre permite descartar complicaciones o buscar otras causas que producen los síntomas del paciente.


Medición de los niveles de oxígeno en sangre

La utilización de un pulsioxímetro permite conocer la saturación de oxígeno de la sangre. La medición es muy sencilla e indolora, fijando un pequeño dispositivo a la parte distal de un dedo. Los niveles de oxígeno orientan acerca del tratamiento que precisará el paciente.


El pulsioxímetro informa, exclusivamente, sobre la saturación de oxígeno. Para conocer los niveles de oxigeno es imprescindible realizar una gasometría arterial que nos indicará al mismo tiempo los niveles de dióxido de carbono que habitualmente denominamos "carbónico"

La gasometría arterial es imprescindible para determinar la indicación de Oxígeno domiciliario.


Análisis del esputo

En algunas ocasiones y ante determinadas situaciones se realiza análisis de esputo. Esta prueba intenta valorar si se está produciendo una infección y qué gérmenes la están causando.


Test de medición de de alpha-1-antitripsina

Se ha descrito un tipo de EPOC que se desarrolla de forma familiar y afecta a personas jóvenes que nunca han fumado. En estos casos se realiza un análisis para valorar si la causa de la enfermedad se encuentra en el déficit de esta enzima.


Electrocardiograma y ecocardiograma

A los pacientes que sufren EPOC se les realizan en ocasiones pruebas de control para valorar el funcionamiento del corazón, porque las alteraciones respiratorias crónicas, a la larga, producen efectos cardiacos.