El primer escalón terapéutico debe concentrarse en adoptar una alimentación saludable controlando la cantidad de hidratos de carbono ingeridos y relacionándolo con la actividad física realizada.


Los alimentos con azúcares rápidos (hidratos de carbono rápidamente absorbibles) producen niveles de azúcar en la sangre muy elevados porque el azúcar llega a la sangre en un corto espacio de tiempo, son aquellos que contienen azúcar refinado (dulces, mermeladas, caramelos que favorecen el exceso de peso y deben ser evitados y frutas y leche que deben ser adecuadamente restringidos),. Por lo tanto, es mejor ingerir azúcares lentos (hidratos de carbono lentamente absorbibles) contenidos en alimentos como patatas, pan, cereales, legumbres, harinas, ya que son mucho más seguros para el diabético porque llegan a la sangre más lentamente y permiten que el organismo los absorba antes de que se acumulen en la sangre, lo que si que hay que hacer es controlar las cantidades para evitar el sobrepeso. Es preciso tener en cuenta que la fibra contenida en los alimentos también favorece el retraso en la absorción de los azúcares.


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Hay que tener en cuenta que la actividad físicadisminuye el nivel de azúcar en la sangre. Es preferible el ejercicio regular, porque fases súbitas de ejercicio vigoroso pueden causar problemas con el control del azúcar en la sangre.


Para los casos en los que no se consiga un control adecuado del nivel de glucosa, mediante un programa adecuado de alimentación y ejercicio físico, existen otras alternativas terapéuticas ya sean los antidiabéticos orales y/o insulina, siempre manteniendo las recomendaciones higiénico dietéticas.


El tratamiento de los pacientes con diabetes debe individualizarse, optando por unos niveles de control glucémico próximos a la normalidad (Hemoglobina glicosilada o HbA1c < 7%) y lo antes posible. En la diabetes tipo 2 se inicia el tratamiento farmacológico con la administración de los antidiabéticos orales (ya sean en terapia individual o combinada), aunque con el tiempo la mayoría de los pacientes necesitarán tratamiento con insulina para alcanzar o mantener los objetivos glucémicos.


Los diabéticos tipo 1 deberán comenzar el tratamiento con insulina desde el principio. En la actualidad se puede conseguir una situación que simule al páncreas normal, inyectando insulina de acción corta, a la hora de la comidas y de acción prolongada, por la noche.


Las insulinas actualmente disponibles son:


INSULINAS DE ACCIÓN PROLONGADA O INSULINAS BASALES: son insulinas fabricadas en los laboratorios que ejercen el mismo efecto que las del páncreas yquetratan de sustituir la secreción basal de insulina que ocurre durante la noche y entre comidas para controlar la producción hepática de glucosa en el periodo entre las ingestas.


INSULINAS DE ACCIÓN RÁPIDA: son medicamentosque deben administrarse entre 15 y 45 minutos antes de las comidas para que hagan efecto durante la digestión. Su acción se dirige principalmente a compensar el aumento de glucosa asociado a la ingesta.


INSULINAS DE ACCIÓN ULTRA-RÁPIDA: deben administrarse inmediatamente antes de comer, simulan la respuesta del páncreas rápida, potente y de corta duración que ocurre con la insulina tras la ingesta en los individuos no diabéticos


La administración de la insulina es mediante inyección subcutánea con jeringuilla o "bolígrafo". El número de inyecciones diarias y las unidades necesarias serán indicadas por el médico.


Es conveniente rotar los lugares de inyección para evitar la aparición de lipodistrofias (bultos en la piel). Los lugares de inyección más frecuentes son, abdomen, cara externa de los brazos, zona anterior y lateral de los muslos, parte superior de las nalgas y espalda por encima de la cintura.


Las personas con diabetes deben aprender a ajustar las comidas y las inyecciones adecuadamente, de modo que eviten las situaciones límite que provoquen tanto exceso de azúcar en la sangre (hiperglucemia) como déficit de azúcar en la sangre (hipoglucemia). Para ello la mejor forma de hacerlo es entrenarse en el autocontrol, midiendo el nivel de azúcar en la sangre, en varias ocasiones a lo largo del día y estudiando el comportamiento de los niveles de glucosa en función del ejercicio realizado y de la ingesta de alimentos. El autoanálisis de la glucemia con los medidores de glucosa (glucómetro), permite conocer el nivel de glucemia en cualquier momento del día y para ello solo se requiere una gota de sangre obtenida por la punción de la yema de los dedos.


El número de autoanálisis necesario y el momento del día idóneo para realizarlos, le será indicado por el médico y deberá anotar los resultados para que en la consulta puedan revisar su tendencia y el grado de control.