Un factor de riesgo es cualquier elemento que aumenta la posibilidad de desarrollar una enfermedad Las personas que presenten uno o varios factores de riesgo pueden tener más probabilidades que el resto de padecer cáncer de mama.

Entre los principales factores de riesgo asociados a una mayor probabilidad de desarrollar este cáncer destacan:


Sexo: El riesgo de padecer un cáncer de mama es entre 100 y 200 veces mayor en la mujer que en el varón.


Edad: El riesgo de desarrollar cáncer de mama aumenta con la edad. El cáncer de mama es más común entre las mujeres mayores de 50-60 años, donde se producen el 80% de los casos. En nuestro medio se diagnostica un cáncer de mama al año por cada 33.000 mujeres entre 20-29 años, pero aumenta con la edad, siendo de 1 por cada 3.500 mujeres entre los 30 y 39 años, de 1 por cada 1.300 mujeres entre los 40 y 49 años, 1 por cada 1000 mujeres entre los 50 y 59 años y 1 por cada 625 mujeres entre los 60 y 69 años.


Antecedentes familiares: el riesgo de padecer un cáncer de mama aumenta si en la familia cercana (madre, hermana, hija o abuela) ha habido un antecedente de esta enfermedad. El cáncer de mama con antecedentes familiares no necesariamente debe considerarse una enfermedad hereditaria. Como el cáncer de mama es muy común entre las mujeres, es posible que ocurra por casualidad más de una vez en la misma familia, pero en todo caso la presencia de antecedentes aumenta el riesgo de padecer esta enfermedad. Del total de tumores malignos de la mama, solo el 5% son hereditarios, lo que quiere decir que existen ciertas alteraciones genéticas detectables en la afectada y en su familia que predisponen a la aparición del proceso maligno.


Sobrepeso u obesidad: La posibilidad de tener cáncer de mama después de la menopausia es mayor en las mujeres que son obesas o tienen exceso de peso. Esto es debido a que la cantidad de grasa corporal se relaciona con el mayor nivel de estrógenos circulantes y estos con el riesgo de desarrollar la enfermedad. En las premenopausicas, esta relación, aunque se sospecha aún no ha sido demostrada.


Consumo de alcohol y tabaco: El riesgo de desarrollar cáncer de mama parece superior en las mujeres que consumen alcohol y/o tabaco


Diagnóstico previo de cáncer de mama: las mujeres que ya han tenido un cáncer de mama tienen mayor riesgo de desarrollar uno nuevo, ya sea en la misma mama o en la otra.



Estrógenos: el riesgo de cáncer de mama aumenta cuando los estrógenos (un tipo de hormona que produce el organismo) se produce durante un período de tiempo más largo.


Estas situaciones se dan en las siguientes circunstancias:


- Cuando la primera menstruación se produjo antes de los 12 años. A esto se le conoce con

el nombre de menarquia precoz (primera regla)


- Cuando se produjo la menopausia después de los 50 años. A esto se le conoce con el nombre de

menopausia tardía


- Si nunca se tuvo hijos


- Si el primer hijo se tuvo después de los 30 años.


Terapia hormonal sustitutiva: La terapia hormonal sustitutiva que en ocasiones se administra durante la menopausia se asocia con un riesgo ligeramente mayor de desarrollar cáncer de mama si el tratamiento duró muchos años (generalmente mas de 5 años).


Radiación: Las mujeres que han recibido radioterapia en el tórax antes de los 30 años de edad tienen un riesgo mayor de padecer cáncer de mama. Los estudios muestran que cuanto más joven era la mujer que lo recibe, tanto mayor será el riesgo de que padezca cáncer de mama en su vida. La realización de radiografías o escáneres no se ha asociado a un mayor riesgo de padecer la enfermedad, cuando dichas pruebas han sido indicadas correctamente. La mamografía es una técnica con bajísima capacidad de radiación (una mamografía equivale a 50 0 100 radiografías) por lo que en ningún caso es un factor de riesgo.


Lesiones predisponentes: Una lesión benigna de la mama no significa que vaya a desarrollar cáncer de mama, pero ciertos cambios en el tejido mamario, como la hiperplasia ductal atípica (crecimiento anormal de células en los conductos) o el carcinoma lobular in situ (células anormales dentro de los lóbulos), puede favorecer el desarrollo de un cáncer en el futuro.


Densidad mamaria: En una mamografíaEste enlace se abrirá en una ventana nueva, las mamas se ven con zonas de tejido denso y otras mas claras. Las mujeres cuyas mamografías muestran zonas más grandes de tejido denso que las mamografías de mujeres de la misma edad con menos zonas densas, tienen mas dificultad en la exploración mamaria y resulta más difícil detectar el cáncer en fase precoz.


Sedentarismo: Una actividad física moderada y regular parece disminuir el riesgo de cáncer de mama, así como otras patologías predisponentes.


Que una mujer tenga alguno de los factores de riesgo expuestos, no significa que vaya a tener cáncer de mama. De hecho, la mayoría de las mujeres presentan alguno de ellos y NUNCA padecerán la enfermedad. Sin embargo su existencia debe hacer encender las alarmas con el fin de modificarlos o eliminarlos, cuando se puede, o someterse a los programas de vigilancia.


DETECCIÓN PRECOZ DEL CÁNCER DE MAMA.


Puesto que está demostrado que el tratamiento del cáncer de mama es más efectivo cuanto más pronto sea diagnosticado, la detección precoz o cribado es fundamental, ya que se ha demostrado que estos programas consiguen una disminución en la mortalidad por cáncer de mama.


La detección precoz del cáncer de mama, mediante la realización de mamografías periódicas, es una actuación especialmente recomendada, ya que permite detectar el cáncer en fase precoz y con ello mejorar notablemente las probabilidades de curación y supervivencia.


Los estudios científicos han demostrado el beneficio de los programas de detección precoz en las mujeres con edades comprendidas entre los 50 y 65 años, si bien muchos de los programas desarrollados en España amplían este intervalo de edad.

En Castilla y León, el programa de detección precoz de cáncer de mama se dirige a todas las mujeres asintomáticas entre los 45 y 69 años, residentes en la Comunidad Autónoma, a las que se oferta gratuitamente la realización de mamografías cada dos años.


Además, existe en Castilla y León un programa específico de consejo genético en cáncer de mama hereditario, que permite la detección de genes de predisposición en afectados y familiares de casos de cáncer de mama, y aplicar en caso preciso medidas de prevención y vigilancia específicas.