Debería poder mantener relaciones sexuales sin problemas en cuanto sea capaz de caminar rápidamente hasta dos tramos de escaleras sin notar dolores en el pecho o sin sentir fatiga. Esto por lo general suele suceder a partir del primer mes tras haber sufrido el infarto.


Recuerde que el mantener relaciones sexuales no incrementa el riesgo de sufrir otro infarto.


Es cierto que, en ocasiones, cerca del 30% de los hombres que sufren un infarto, manifiesta disfunción eréctil (dificultad para lograr o mantener una erección), relacionado con la ansiedad y el estrés emocional, lo que puede dificultar las relaciones sexuales.


Si usted experimenta disfunción eréctil, hable con su médico porque, en ocasiones puede relacionarse con un efecto secundario del tratamiento con medicamentos de tipo beta-bloqueantes.